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Victorino Martín abre los actos conmemorativos del 90 aniversario del Excmo. Club Taurino de Bilbao en unos abarrotados salones de la Sociedad Bilbaína.
EN EL NOMBRE DEL PADRE
Con un emocionante minuto de silencio en memoria del Patriarca de la emblemática ganadería, su hijo comenzó la conversación con el recuerdo de su estrecha vinculación con Bilbao y sus gentes, claro ejemplo de la fortaleza y pujanza de su sociedad civil y de una afición taurina entendida y exigente.
De lo mucho que se extraña al padre en el día a día de la ganadería, y de la tristeza de su ausencia en los cercados de Las Tiesas, pero también de la esperanza en un trabajo bien hecho y de una segura continuidad en manos de su hija Pilar, que más pronto que tarde, dará el paso adelante como representante del emblemático hierro de la A coronada.
Con la corrida de Bilbao ya apartada, no menos de diez toros para poder elegir y muy abiertos de sementales que es norma de la casa, siempre buscando la transmisión en la plaza, ya sea el "superclase" o la "alimaña", el único ejemplar que no cabe en la ganadería es el que no genere emoción en los espectadores.
Volviendo con la herencia genética y los rasgos heredados de su padre, nos los ratifica con su arriesgada apuesta en esta temporada que comienza, primero en el Palacio Vista Alegre en la corrida de invierno de Madrid, después anunciado en las Ferias de Castellón y Sevilla, y sin solución de continuidad, el Domingo de Ramos abriendo la temporada venteña, una aceleración de 0 a 100 sólo asumible por una ganadería de contrastada garantía como la suya.
Y a partir de aquí, la fluida conversación con Alfredo Casas, se centra en su nueva responsabilidad al frente de la Fundación del Toro de Lidia, de su credibilidad, del trabajo arduo de concienciación a todos los niveles, pero sobretodo, de la importancia de contar con una representación única de todo el sector taurino y de no perder el último tren en la defensa de nuestros intereses comunes.
 Momento de la entrega
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