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Un Ponce inmenso salva la tarde.
Con toros de Las Ventas del Espíritu Santo, se dio en Cañaveralejo, la 4ª corrida de abono. Un mano a mano entre Enrique Ponce y Roca Rey.
Dos generaciones, Dos estilos y sin duda alguna, dos toreros de interés; a tal punto que produjeron el milagro de llenar la plaza de Cali, algo que hacía ya mucho tiempo no veíamos.
Desafortunadamente, la expectación generada ha podido convertirse en desilusión para confirmar el aforismo, por culpa de la corrida que embarcó el ganadero y ex torero Don Cesar Rincón.
Exceptuando el lidiado en primer lugar, un toro que no merecía la vuelta de sus despojos al ruedo otorgada con ligereza por el Señor Botero; pero que sí que se dejó y permitió al Maestro, así con mayúscula, de Chivas desplegar ante los más de 15.000 aficionados de Cali no solo su sapiencia y torería, sino, su profesionalismo y respeto por una afición que lo ha admirado desde siempre.
 Enrique Ponce en hombros. Foto: Alberto Suárez Después vendría la consagración en tierras americanas de este el dueño de La Difícil Facilidad. Y digo consagración, porque no creo que se haya producido en ninguna plaza de este lado del charco una demostración igual de maestría, de entrega en función de justificar lo que no necesita justificar Ponce para conseguir que un sobrero manso que huía de las telas, embistiera y llevara a este público salsómano de mi tierra casi al paroxismo. Ya tenía en su esportón las orejas que le aseguraban la salida por la Puerta Grande cortadas a su primero y seguía cual novillero persiguiendo al Santacoloma de los herederos de Ernesto González para robarle mil muletazos de extraordinaria factura. No lo mató bien y por eso perdió los trofeos de una faena memorable. Pero no importa. Lo que nos dejó en la retina Ponce esta tarde tapa todo. Lo demás fue un segundo toro devuelto de la ganadería titular y sustituido por otro cárdeno de Santa Teresa con muy poca clase y que le tocó en suerte a Roca Rey.
El torero peruano, se estrelló además contra la mansedumbre y la debilidad en los remos delanteros de los pupilos de Rincón que sorteó para tan esperado mano a mano.
Ojo ganadero Rincón. Ya es endémica la debilidad de sus toros, al igual que la falta de casta. Dicen por allí, que sus tentaderos son poco exigentes.
Ayer Usted Señor Rincón irrespetó la plaza de Cali con una impresentable corrida y la de hoy, de justa presentación, no dio la talla. Así es imposible crear afición que es, más que nada y antes de los manejos jurídicos y políticos, lo que necesitamos en Colombia para que no nos borren del mapa los anti taurinos. Tarde para el recuerdo. God save the Queen dicen los ingleses. Dios conserva a Ponce, decimos los taurinos.
Manana día 30 de diciembre: Toros de Salento de los Senores González Caicedo y González Rincón, para Miguel Ángel Perera, Luís Bolívar y Lopez Simón.
Que Dios reparta suerte.
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