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El pasado sábado 28 de octubre, se celebró un bonito festival en la finca “San Carlos”, en el sector de Yaruquí, al nor-oriente de la ciudad de Quito. “La Preli Taurina”, como se lo denominó al festejo, contó con la participación de los matadores de toros Fernando Roca Rey (Perú), Álvaro Samper (Ecuador), el novillero José Andrés Marcillo (Ecuador) y, el aspirante a Rejoneador, David Albuja (Ecuador).
Se lidiaron 3 novillos de la ganadería “Daular” y un novillo de “Triana”, que en líneas generales, presentaron malas condiciones para su juego. El primero de la tarde le correspondió al Peruano Roca Rey que, a pesar de la falta de fijeza de su contrincante, supo manejarlo y obtener buenos y largos muletazos con la mano derecha. El matador demostró estar muy por encima del novillo y dejó en el público muy buenas sensaciones, tras una variada faena con la muleta, con cambiados por la espalda y rematando con una manoletinas y desplantes muy toreros. Su gran labor fue premiada con dos orejas. Foto archivo El Matador ecuatoriano, Álvaro Samper, tampoco tuvo suerte con su novillo, el único de la ganadería de Triana. Realizó un quite por chicuelinas y cordobinas, que emocionaron al tendido. Sin embargo, en la muleta, el astado demostró muy poca casta y tuvo complicaciones, que no permitieron lucimiento al torero. Samper intentó exigirle y exigirse mucho pero, el novillo no tuvo condiciones. El presidente premió con una oreja a la entrega del torero. En tercer lugar lidió el joven novillero José Andrés Marcillo, que llegó a su tierra después de haber cosechado triunfos en su temporada española. Su novillo fue el más peligroso de la tarde, porque se colaba mucho y no tenía bravura. No obstante, Marcillo siempre en novillero, dejando ver el hambre que lleva, estuvo muy firme y entregado. Fue premiado por su valor con dos orejas.
Por último, el aspirante a rejoneador David Albuja, tuvo una buena presentación con su cuadra de caballos toreros. Se pudo evidenciar que todavía está en el proceso de agarrar oficio, pero que se encuentra preparado para iniciar en este largo camino. Colocó muy buenas banderillas, en lo alto y sorprendió al público colocando una banderilla corta al violín. Obtuvo el premio de una oreja. Para finalizar la tarde, se echó una vaca para el grupo de recortadores ecuatorianos “Huagra jumping”, que divirtieron a los aficionados con sus acrobacias, a pesar de la lluvia. Fue una tarde que se disfrutó entre aficionados que se reunieron para conmemorar y homenajear la afición de quienes no se encuentran más entre nosotros.
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