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Con más de tres cuartos de entrada se han lidiado toros de Adolfo Martín, de distinto juego.
Juan Bautista, silencio, palmas tras aviso y algunos pitos
Paco Ureña, ovación tras aviso, palmas y ovación tras aviso.La Feria de Otoño acabó y no fue con una gran tarde Hoy se ha puesto el cierre a la feria de otoño 2017 con una corrida de toros, posiblemente la más esperada de todos los festejos programados para este corto ferial, se lidiarían toros procedentes del encaste Albaserrada con el hierro de Adolfo Martín, para dos coletudos, en un mano a mano, en un principio era entre el torero extremeño Antonio Ferrera y el murciano Paco Ureña, por la baja de Ferrera se le sustituyó por el torero galo Juan Bautista, ese cambio en el cartel no influyó en nada para que los aficionados de la capital dejaran de asistir, registrando la plaza la mejor entrada del ciclo casi se llenaron los tendidos, apenas aparecieron unas calvas en las localidades altas, cosa curiosa, son las de menos precio.
La corrida de feria menos de lo esperado como reza el titular, ¿el por qué? Muy sencillo de explicar, mucho esperábamos del encierro de D. Adolfo y el tiro nos salió por la culata, solo dos toros sobresalieron de los seis. También esperábamos más de los alternantes en cuestión, Ureña se ha convertido en uno de los toreros de Madrid y Juan bautista lleva una temporada extraordinaria posiblemente la mejor de su ya dilatada carrera. Pero ni por parte de los toros como por parte de los toreros no se alcanzó el objetivo y nuestro gozo en un pozo, menos mal que el festejo duro dos horas justas y la decepción por tanto se acortó.
Los toros de Adolfo Martín no convencieron a nadie a excepción de los lidiados en los dos primeros puestos, sobresaliendo el que abrió plaza, los otros cuatro con muchas dificultades, sacando mala uva y dos de ellos como las antiguas alimañas; bien de presencia, con pitones cornipasos, no muy atacados de kilos incluso alguno con el peso justo para Madrid como fue el 5º, con apenas 484 kilos, buen comportamiento ante los jacos, cortando en banderillas y que dieron pocas facilidades para que sus matadores alcanzaran algun triunfo, ya que hemos hablado de kilos el de mayor peso fue el 3º con 565 kilos, si hubiese sido otra ganadería seguro que los aficionados hubieran protestado a casi todos.
De los dos alternantes poco podemos decir, bastante hicieron con ponerse delante de los morlacos, poderles, estar solventes y en profesionales ante sus tres de cada uno de sus lotes, en esta ocasión se ganaron con creces sus emolumentos y retornaron intactos a sus hoteles. De los subalternos destacaron los tres del castoreño de la cuadrilla de Paco Ureña: Pedro Iturralde, Vicente González y Juan Melgar; con los garapullos Rafael González de las filas de Juan Bautista.
Uno de los buenos muletazos que dio Bautista a su primero Ante el mejorcito del encierro como fue el primero de la tarde, el torero galo se lució con el percal cuatro verónicas y la media belmontina de saludo, más aun llevando al caballo por chicuelinas, siendo ovacionado. Con la muleta destacó toreando en redondo citando en corto, con la otra mano apenas un par de naturales de buen corte, finalizó la faena con una serie de pases sin el ayudado. Con la espada y en los terrenos centrales un excelente volapié dejando una estocada entera arriba, pero se eternizó con el estoque de cruceta, eso desmereció toda su labor. Con el tercero, nada que comentar con el percal, tranquilo y confiado estuvo con el trapo rojo en que en algún momento logró ligar con la mano diestra, el epílogo estuvo torerísimo; un nuevo fallo con los aceros siendo rematado con golpe de cruceta. Nuevamente llevó al cuatreño al jaco en el tercio de varas en el último de su lote. A los medios a brindar a toda la feligresía y sin probaturas inició labor con la mano diestra ejecutando dos buenas tandas, lo mismo sucedió con la otra mano; el de Adolfo se vino abajo y al gachupin no le quedó otra que lidiarlo y matarlo, lo hizo de una estocada casi entera desprendida y un certero descabello. Lo que no entendí fueron las palmas de tango de un sector de la solanera, como tampoco esos pitos para el francés y esas palmas para el bicho.
Paco Ureña con la izquierda El segundo del festejo que fue aplaudido de salida le tocó al murciano Paco Ureña, que apenas lo recogió con el capote, pero sí que estuvo solvente con la flámula toreando con la diestra mano, cerrando las series con el de pecho a cámara lenta, con la mano izquierda se dejó con frecuencia la muleta, el cuatreño inexplicablemente se fue parando y el de Lorca lo cita dándole el pecho consiguiendo hacerse con el burel por el pitón izquierdo, al citar nuevamente con la mano derecha el bóvido le mide y lo atrapa, se puso valentísimo pudiendo al morlaco. Fue una pena que con la espada pinchara aunque sin soltarla, en el segundo envite, estocada hasta la bola saliendo el toro muerto sin puntilla. Su segundo toro fue incómodo ya que derrotaba con ambos pitones, pese a ello el murciano logró torear con cierta lentitud por el pitón zurdo, el bichejo miró aviesamente a su oponente buscando hacer carne, sin embargo logró sacarle algún pase estimable, el pero fue que siempre toreó con la muleta retrasada, siguió buscando el toro como atrapar al torero, “joder con el bichejo” y que valor el de Ureña. Poco o nada ayudó el animal a la hora de despenarlo con un pinchazo y una estocada habilidosa, doblando el de Adolfo. El sexto se las traía, no fue fácil a la hora de banderillearlo. Con la franela lo intentó todo, pero cuando no puede ser lo que intentes además es imposible. Simplemente se limitó a quitárselo de encima dejando una estocada arriba.
Y colorín colorado el ciclo otoñal ha terminado. Nos quedan dos festejos para que la temporada se dé por terminada. El domingo 8 y la corrida de la Hispanidad el 12 de este mes.
Fotos: Muriel Feiner
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