Festival, con algo menos de media entrada, se han lidiado novillos de Agustinez de juego desigual, el 5º premiado con la vuelta al ruedo. David Luguillano, Dos orejas. Serafín Marín, Dos orejas. El Capea, Ovación tras aviso. Borja Jiménez, Palmas tras aviso. El novillero Juan Pérez Marciel, Dos orejas tras aviso.  Foto archivo David Luguillano firmó los mejores momentos de la tarde, con un novillo de buen son, con clase en la embestida. Dejó su impronta con su personal toreo, con sabor. Tanto al natural como sobre la diestra, preciosos los trincherazos. Mató de media estocada.
Con el segundo, un novillo flojo, Serafín Marín corrió bien la mano, con temple y ligazón, en una faena bien estructurada. Mató de un contundente espadazo. Al Capea le tocó un novillo sin clase en la embestida, sin entregarse. El salmantino le tapó muchos defectos en una labor en la que tiró de oficio. Deficiente con tizona. Flojo y sin recorrido el que le correspondió a Borja Jiménez. El de espartinas mostró ganas de agradar, por encima de la deslucida condición del animal. Sin fortuna a la hora de matar. El novillero Juan Pérez Marciel salió en novillero, desde que se abrió de capote. Le correspondió un novillo con mucha movilidad, Marciel suplió las lógicas carencias técnicas de quién empieza con su entrega y disposición. Intentó embarcar las embestidas del animal por ambos pitones, destacando los pases de pecho al rematar las tandas. Firmó una buena tanda, con intensidad, sobre la diestra en el tramo final. Mató de estocada tras pinchar en el primer envite.
|