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Con un tercio de entrada se han lidiado cinco toros de Alejandro Talavante, mansos en conjunto, y uno (1º bis) de Victoriano del Río.
‘Paquirri’, oreja y ovación tras aviso
Antonio Ferrera, dos orejas tras aviso y aplausos tras aviso
Manuel Escribano, ovación y silencio tras aviso.Foto archivo Con un acusado bajón de temperatura ha tenido lugar el 2º festejo de feria de Sanse, que al final ha sido de larga duración, dos horas y treinta minutos; lidiándose un encierro con el hierro de Talavante que fueron cinco ya que tras romperse un pitón el primero de la tarde la autoridad lo devolvió a los corrales, saliendo un sobrero de Victoriano del Río.
La corrida de hoy no ha tenido el brillo de la del día de ayer, primero por la menor entrada, luego por la presentación del ganado inferior por supuesto al precedente, también por la sustitución de El Fandi por Manuel Escribano, que por estos pagos, tiene más tirón el torero granadino; para los buenos aficionados creo que salieron ganando con el cambio, pero no para la taquilla.
Los pupilos de Talavante con sus altos y sus bajos, los dos últimos morlacos sacaron genio y dificultades, los restantes, como se dice ahora se dejaron, especialmente el sobrero de Victoriano; de presentación aceptables para una plaza calificada de tercera categoría, algo anovillados y cómodos de encornadura, que fueron protestados por los concurrentes.
El público más entregado con los matadores que con los toros, aplaudiendo con fuerza lo que en la arena hacían más o menos bien, sobre todo cuando cubrieron el segundo tercio, estallando sendas ovaciones. Antonio Ferrera por la Puerta Grande al cortar dos orejas al primero de su lote y una orejita (de regalo) para Rivera Ordoñez, Manuel Escribano ovación y silencio.
Rivera Ordóñez, tuvo al público de su lado, ya que le aplaudió y jaleó, primero en banderillas y luego con la sarga, pese a que apenas tuvo lustre su labor con la muleta, en el torito que abrió plaza, a mi entender apenas estuvo aseadito. Entró a matar de largo en la suerte natural dejando una estocada entera de buena colocación, doblando el animal, quizás esto último fue la causa de la petición de trofeo concedido por la autoridad. Su segundo era un jabonero de pelaje y de cortas embestidas; ejecutó un buen tercio de banderillas, pero no trasmitió nada de nada con la muleta, abusando del zapatillazo, la faena careció de emoción. Le costó mucho cuadrarlo para matarlo, al fin se perfiló entrando a por uvas desde lejos dejando una media estocada perpendicular, más un certero descabello. Ovación con saludo.
Antonio Ferrera lidio muy bien con el capote al primero de su lote y se dobló muy bien al inicio de faena, ya en las afueras fue muy aplaudido al torear con la zurda mano, buen toreo nos regaló con la diestra, tras el de pecho la ovación surgió espontánea en los tendidos, a más fue la faena toreando al natural, supo adornarse en el final de su labor y mató de un soberbio estoconazo en el mismo hoyo de las agujas, saliendo sin puntilla su oponente, eso y su gran quehacer le valieron los dos apéndices merecidos. Otro tipo de toro fue el quinto que presentó serias dificultades, pero sus conocimientos, su experiencia fue más que suficiente para estar muy por encima del correoso cornúpeta, lidiando con poderío y sapiencia. Tomo la espada de verdad, en el primer envite pinchó sin soltar, para luego dejar una entera algo desprendida, teniendo que hacer uso del de cruceta de forma certera. Los aficionados no comprendieron su quehacer y silenciaron su actuación.
Un torito guapo era el tercero en el orden de lidia y encima humillaba, excelente fue el saludo capotero por verónicas de Manuel Escribano. Tomó los trastos y desde la boca de riego brindó a la concurrencia, iniciando faena por el pitón derecho tanda en redondo digna de destacarla, con la mano contraria fue a menos por falta de emoción, el resto de labor fue un sinnúmero de pases de ir y venir sin más. Con el alfanje una estocada entera algo trasera de colocación, que fue suficiente para que el torito doblara sin remedio. Ovación con saludo del torero sevillano. El toro sexto fue el de mejor presentación más no sus embestidas que con la muleta ya sacó muchas dificultades y complicaciones. Buen saludo con el percal, estupendo tercio de banderillas por el matador; pero allí quedó todo ya que no le quedó otra que lidiarlo por la cara, el morlaco buscó tablas y en esos terrenos tuvo que matarlo de un pinchazo sin soltar y una estocada casi entera, que fue más que suficiente para entregarlo al tiro de mulillas. Silencio para el andaluz.
Así terminó este segundo festejo en honor del Santísimo Cristo de los Remedios de San Sebastián de los Reyes.
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