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Con media entrada se han lidiado toros de Samuel Flores, bien presentados y de variado juego.
Enrique Ponce: Saludos, oreja y dos orejas
Curro Diaz: Oreja, palmas y saludos. Foto archivo Enrique Ponce ha resultado triunfador del mano a mano de esta tarde en Linares tras cortar tres orejas que le ha permitido salir en volandas del coso de Santa Margarita, sumando un nuevo éxito en este mes de Agosto en el que el de Chiva parece tocado por la gracia divina y en el que ha compartido cartel con el torero local Curro Díaz, que ha obtenido un apéndice y que ha pechado con el peor lote de un encierro hechurado y bien presentado de Samuel Flores, al que le he sobrado sosería, mansos, faltos de fuelle en general y del que han sobresalido los lidiados en segundo y tercer lugar.
El festejo se ha iniciado tras un respetuoso minuto de silencio por la muerte del gran Maestro albaceteño Dámaso González.
Enrique Pone ha fraguado su éxito en el quinto de la tarde marcado con el número 53, un toro que a todas luces parecía imposible de torear puesto que se ha rajado nada más iniciar la faena y se ha encerrado en tablas, incluso poniendo en aprietos al maestro de Chiva al colarse en un par de ocasiones por el pitón izquierdo, pero al que base de sobar y sobar ha terminado metiendo en la muleta, tesonero, exprimiendo al máximo lo poco que llevaba dentro el animal. La estocada hasta los gavilanes le ha permitido desorejar por partida doble al de Samuel.
También ha paseado una oreja de su segundo que ha tenido un buen pitón derecho y con el que se ha encontrado a gusto basando el trasteo con series limpias de derechazos jaleadas por el respetable, destacando un cambio de mano extraordinario. Tras un pinchazo consigue media estocada en la boca de riego. Ante el que abrió plaza, altito y terciado poco ha podido hacer, flojo y parado, los pases de uno en uno y a media altura.
Curro Díaz no ha tenido suerte en el sorteo. El cuarto, un precioso ejemplar con el hierro de Agustina López Flores ha tenido su mejor virtud en su encuentro con el varilarguero, donde ha metido riñones. En el último tercio ha sido muy complicado, topaba más que embestía y ha dado la sensación de que cruzaba la vista.
El sexto, cornalón, ha sido simplemente imposible, defendiéndose, lanzando hachazos, mirón y con guasa, estando a punto de echarse a su matador a los lomos. La faena olía a hule.
Curro ha cortado una oreja del segundo al que ha saludado por verónicas rematando con una media de cante jondo. Preciosas las series por el pitón derecho con esa personalidad del linarense, encajado, variado en los remates. No ha terminado de coger vuelo su labor puesto que por el pitón izquierdo no humillaba el animal. Tras la buena estocada se le ha concedido un trofeo.
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