Juan Bautista muestra las orejas del cuarto
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño, muy querido en esta plaza.A buen seguro que el entusiasta y numeroso público que se congregó en el coso del Burgo de Osma disfrutó de la tarde de toros. Cartel internacional, Francia, México y España anunciados.
Los tres toreros a hombros, sin embargo no todos los triunfos tuvieron el mismo peso especìfico. Importante faena de Juan Bautista en el cuarto.
La corrida de Fernando Peña tuvo tanta nobleza como faltas de fuerzas, manejables en líneas generales.
Se movió pero prostestón y rebricado el que abría plaza. Noble, de buena condición aunque justo de raza el segundo. Humilló y tuvo clase en la embestida el tercero, pero aplomado. De gran clase y nobleza el cuarto, sin embargo muy justo de fuerza. Noble y flojo pero de sosa embestida el quinto. Manejable por el derecho el que cerraba función.
Faena de torero con oficio de Juan Bautista al primero, el de más cara de un armónico encierro. El toro se movió pero rebrincado y soltando la cara, prostestón. Juan Bautista le tapó muchos defectos, en el tramo final sacó alguna tanda al natural estimable. Metió la mano con habilidad dejando media estocada atravesada y desprendida.
Con una larga cambiada de rodillas recibió El Fandi al segundo. Entregado con el capote, le ganó terreno a cada lance. Brilló con los palos en un tercio variado en el que destacó el último par de dentro afuera, al violín. Tuvo nobleza el toro en el último tercio, aunque no andaba sobrado de raza. El granadino corrió la mano por ambos pitones, sin embargo no terminó de conectar hasta que dio paso al repertorio populista, rodillazos, desplantes, encontrando el calor de las peñas. Mató de una estocada entera, tras pinchar en el primer envite.
Joselito Adame se gustó en su recibo a la verónica, de manos bajas y buen gusto, abrochado por una preciosa media, en el tercero. Acusaría en el último tercio un volatín en el tercio de varas. Quitó el torero hidrocálido por caleserinas rematado con una revolera. Seguro Miguel Martín con las banderillas. Adame principió la faena con muletazos de costadillo por alto. Tuvo nobleza y clase en su embestida por el derecho, descolgó en sus viajes por este pitón. Sin embargo se aplomó pronto, le costaba tomar el engaño. Le tuvo que llegar mucho con la muleta para provocarlo. Faena tesonera, mal rematada por la espada, se le fue a los blandos.
Así comenzaron la tarde para finalmente salir a hombros los tres
Más apretado de carnes el colorado cuarto. Lo recibió Juan Bautista con una larga cambiada en los tableros. Quitó por tafalleras. Muy flojo, claudicante llegó al último tercio. Juan Bautista le fue dando confianza, sin apretarle, lo llevó a media altura en los comienzos. De menos a más un toro de porcelana de pero de gran clase en la embestida, noble, y terminó sacando fondo. El torero de Arles firmó una faena in crescendo en la se abandonó en el toreo al natural, faena cimentada en el temple, despaciosidad y buen gusto. Toreó a placer, con las yemas de los dedos, dejando patente el gran momento en el que se encuentra. Inapelable el volapié, algo trasera la estocada en su colocación. No quiso caballo el quinto, haciendo sonar el estribo. Curioso quite de Fandi por navarras y chicuelinas. Tuvo nobleza el animal pero un punto de sosería. Fandi protagonizó una faena en la que primó más la voluntad sobre el lucimiento. Se perfiló de largo con la tizona, dejando una estocada muy defectuosa tras perder la muleta.
No se quiso ir de vacío Adame esta tarde, sus compañeros ya tenían la puerta grande asegurada. El mexicano firmó una enfibrada faena, con ritmo, sin respiro. Apretó el acelerador desde los primeros instantes con un toro que resultó manejable. Contundente espadazo, caído, tras perder la muleta.