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Con un tercio de entrada se han lidiado toros de Luis Agarra, bien presentados, manejables en distinto grado.
Paquirri: Silencio en su lote
Paco Ureña: Ovación y Oreja con petición de la segunda
López Simon: Oreja tras aviso y silencio tras aviso.Paco Ureña ha dado hoy una gran medida de casta, verdad y coraje en Valencia En la vida todas las personas soñamos con tener un trocito de cielo, un espacio personal, único, en el que nos sentimos a gusto consigo mismo, en el que salimos al recreo, reconfortándonos con nuestro quehacer diario, respetando nuestra profesión y nuestra vida personal, y en el que nos sentimos valorados. Tocamos con las yemas de los dedos un punto de felicidad difícil de explicar.
Hoy Paco Ureña lo ha vivido en el coso de la calle Xàtiva. Su toreo, su verdad, jugándose la vida sin trampa ni cartón, un exponente claro y conciso de lo que es la química entre un torero y los aficionados que han acudido a verle torear. No ha salido por la puerta grande por culpa del criterio de un Presidente al que le ha faltado sensibilidad, pero en su interior el murciano, a buen seguro le dará igual. Se ha sentido torero y el respetable así lo ha vivido. En el segundo de la tarde Ureña vió toro donde casi nadie divisaba posibilidad alguna de triunfo, pero a base de constancia por el pitón izquierdo del animal ha construido una faena con pureza y verdad, templando las embestidas. Tras un pinchazo se ha tirado a matar con rectitud saliendo prendido quedando a merced del toro. Su cuadrilla se lo ha llevado a la enfermería de donde ha salido para ver doblar al toro y volver con los médicos en medio de una ovación.
Reapareció para enfrentarse al que cerraba plaza saludando con una serie de verónicas gustosas. Inicio de faena por estatuarios, comulgando con las embestidas del castaño de Algarra con colocación, temple y suavidad de muñecas, sobresaliendo las tandas de naturales, de mano baja. La estocada a volapié de libro, solicitando el público el doble trofeo pero el Usía no lo ha valorado asi, concediéndole un apéndice. La bronca ha sido de órdago. La vuelta al ruedo ha sido apoteósica gritando la plaza torero, torero.
López Simón ha estoqueado en tercer lugar un buen toro de Algarra, con ritmo y nobleza en sus embestidas, a destacar una buena tanda de naturales. Cuando el toro se apagaba acortó distancias instrumentando dos series de circulares. Manoletinas en el epílogo de la faena previas a una estocada desprendida. Oreja.
El quinto ha sido un animal que ha tenido poco recorrido, pegado al piso, y el madrileño ha abreviado ante las pocas posibilidades de triunfo.
Paquirri, en su despedida de Valencia no ha tenido su tarde. Con el que abrió plaza ha estado fácil en banderillas pero insulso en un trasteo en donde nunca se sintió cómodo, con un toreo ventajoso y despegado.
Con el toro de su despedida no ha tenido suerte, el animal se ha estrellado en un burladero quedando mermado. Además en la suerte de varas se le ha castigado injustificadamente llegando al último tercio con pocas opciones.
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