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Hace unos días se desarrolló la feria taurina “Señor del Buen Suceso” en la ciudad de Riobamba, con carteles muy variados y con resultados sorpresivos. En tal virtud, vale la pena hacer un recuento de lo vivido y extraer ciertas conclusiones.
Mi visión es la de una joven aficionada que, integrando el equipo de OyT Ecuador, tuve la oportunidad de vivir, junto a mis dos compañeros, por primera vez, una feria taurina desde el callejón, compartiendo burladero con versados periodistas del mundo taurino nacional y extranjero y, aprendiendo mucho de ellos. En esta ocasión, tuve el privilegio de sentir de cerca esas emociones intensas que hay durante un festejo y, me atrevo a expresar mi punto de vista, sin antes aclarar, que me considero aún aprendiz en esta responsable ocupación de colaboradora, por lo que trataré de hacer justicia con lo escrito. Quiero referirme primero, a lo que me llenó de alegría y esperanza, pues una vez más se demostró que el toreo no está muerto en el Ecuador, y que tenemos dignos representantes nacionales que, a pesar de tener muy poca actividad, se encuentran muy preparados para enfrentar grandes compromisos y dar dura batalla a los diestros extranjeros. Para muestra de lo dicho, tuvimos la actuación del matador quiteño Álvaro Samper quien estuvo muy a la altura de sus alternantes, y que supo cuajar el toreo con un gran toro de Campo Bravo, en la corrida en la que salió por la puerta grande, junto a los espadas españoles, Juan José Padilla e Iván Fandiño. Álvaro Samper. Foto archivo Además, es motivo de júbilo, el saber que nuestro país tiene una importante cantera de toreros que van pisando fuerte, y que, si les damos el apoyo y las oportunidades que se merecen, podrían convertirse en figuras del toreo. Hago alusión a los novilleros Julio Ricaurte y José Andrés Marcillo, jóvenes que dejaron muy en claro que llevan por montera la actitud de querer comerse el mundo y exhibir las buenas condiciones en las que se encuentran. También hay que decir que no, únicamente, contamos con grandes toreros de a pie, sino que, poseemos jinetes de calidad que, junto con una cuadra de caballos de excelencia, son capaces de brindar un gran espectáculo, tal como se evidenció luego de la triunfal alternativa del ahora rejoneador Álvaro Mejía. Álvaro Mejía. Foto archivo Así mismo, es de rescatar la adecuada presentación y la seriedad del ganado lidiado durante los festejos. Hubo varios astados que permitieron el lucimiento de los diestros y que transmitieron emoción a los tendidos. Son de destacar, por su buen juego, “Sombrío” de la ganadería de Campo Bravo y “Topinero”, del Pinar, indultados por los nacionales, Samper y Marcillo.
Pero cabe también hacer una mención, a lo que personalmente me dejó un sabor amargo, pues creo que esta vez, la afición fue la que quedó en deuda con la fiesta brava. Y, es que, a pesar del esfuerzo de la empresa en poner carteles llamativos y hacer festejos con la debida seriedad, la gente no supo responder como se lo esperaba en ninguno de los días de la feria. Por tanto, me permito hacer un llamado de atención a los aficionados que tanto se dolieron, cuando se suspendió la feria “Jesús del Gran Poder”, porque a pesar de que se nos haya privado de la dicha de disfrutar de las corridas de toros en la Monumental Plaza de Toros Quito, debemos estar agradecidos de que aún tenemos la oportunidad de seguir disfrutando de la fiesta brava, íntegramente, en otras ciudades de nuestro lindo país. Es así que, como aficionados taurinos, debemos tener presente la obligación de retribuir, sobretodo, en estos duros momentos, tanto que nos ha dado la tauromaquia por muchos años y, tratar de mantener viva la llama taurina, mediante la asistencia a los festejos y el apoyo a los empresarios y profesionales ecuatorianos. Por último, quiero terminar esta nota, dando mi enhorabuena a todos los actores de esta gran feria y haciendo una especial mención, al grupo “Juventud Taurina Riobamba”, por el entusiasmo que tienen para liderar el activismo taurino como jóvenes aficionados. Espero que se mantenga esta buena voluntad de las agrupaciones taurinas juveniles en todas las ciudades del país. A nombre del equipo de OyT en este encantador país, agradecemos a la empresa organizadora de la feria, por la deferencia para con nosotros y, por hacer posible, que en tres días de festejos, se cree un ambiente esperanzador para el mundo taurino nacional.
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