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Hoy se celebraba el último festejo, de la primera feria de la era de Simón Casas, en Madrid. Un ciclo que para mí no va pasar a la historia y en la que se me va quedar muy poco marcado. Se han dado orejas, con muy poco mérito, por lo realizado en el ruedo, al igual que el trapío de algunos animales ha dejado muchísimo que desear. El empresario francés debe recapacitar y ver qué tiene que cambiar, para años venideros. Debo decir que esto no es una cosa, que piense yo solo, sino que es una idea generalizada entre los aficionados.
Este año se conmemoraba una fecha importante, se celebraba el 175º aniversario del hierro de Zahariche. Por ello se anunciaría el sobrino de los ganaderos, Dávila Miura, en el cartel. Lleva dos años toreando en fechas y plazas señaladas, el hierro de la casa, como es el caso de Sevilla o Pamplona.
 El primero en la frente, mal presentado y boyancón el de Miura Lamentablemente la corrida de hoy, no ha hecho gala, de la gran trayectoria que tiene esta ganadería. Una corrida totalmente impresentable, para lo que se esperaba de ella, aparte de estar inválida de solemnidad. Solo fueron devueltos dos toros a los chiqueros, pero podría haber sacado el presidente, el pañuelo verde a alguno más. No me avergüenza si digo, que esta me ha parecido una de las peores corridas de todo el abono isidril.
Al salir de la plaza me ha surgido una duda, que he comentado con mis compañeros de localidad. ¿Si ha mandado esta corrida aquí, como puede tener en el campo corridas para plazas de máxima exigencia? ¿Pamplona, Bilbao, Ceret, Madrid? ¿Se cumplirá el deseo del empresario, que era traer dos corridas esta temporada de este hierro a Las Ventas? No se puede asistir a todas estas plazas y no llevar el toro presentado como exigen. La presencia digna, es lo mínimo que se le puede pedir a una ganadería y hoy los hermanos Miura no han estado acertados.
Foto: Plaza 1
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