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 Los bueyes estaban en los toriles Es frecuente en este Madrid que disfrutamos y padecemos a un tiempo, el no saber dónde aparcar el coche, pero seguro que la cosa se complica si se quiere aparcar un carro con sus bueyes y todo. Qué gran problema para don Adolfo Martín, que por eso de la ORA, echó su boyada como si fuera una corrida de toros. Y como tal la querían tratar los actuantes. Ferrera lo intentó, y casi logró crear la ilusión, pero los dejó ver demasiado tiempo. Juan Bautista estaba empeñado en llegar al millón de pases, sin pensar en el agotamiento de los presentes. Y Escribano no consiguió que ni por un segundo parecieran toros. Eso sí, por si aún cabe alguna duda, si quieren dejar el carro más tiempo en el aparcamiento de la plaza, que sepa don Adolfo que en la zona azul es más barato.
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