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El remiendo de San Martín fue un convidado de piedra por su comportamiento. Una corrida interesante que le faltó un “tranco” para ser excepcional…
El remiendo de San Martín abrió la tarde, de nombre Acompasado, cárdeno bragao de pelo. Distraído y sin codicia se comportó en el capote de Robleño. Desordenado fue en varas en la primera entrada y al paso fue a la segunda. No había humillado en los primeros tercios y hacía falta un milagro para que lo hiciese en la muleta. No se produjo el citado milagro, pero mejoró algo el toro, en la muleta humilló más y su entrega, discretamente, también fue a mejor, sin alcanzar cotas satisfactorias por la sosería que le acompañó de principio a fin. Le faltó casta, mucha casta.
Guanaguato hizo segundo, cárdeno también, bien armado, serio y alto. Repitió y humilló en el saludo. Tomó un castigo bajo y trasero y se quedó encelado, el segundo se simuló con frescura. Mostró temple y humillación en banderillas. Franco inició el trasteo de Alberto Aguilar. Temple y largura mostró a derechas, más corto se quedó por el izquierdo, pero bueno y noble en conjunto. Noble y colaborador en la muleta, de boyante embestida, le faltó algo de picante o gracia.
El tercero bautizado como Perlasnegras mostraba dos velas imponentes, serio y cuajado. Frío embistió al capote de Pérez Mota. Se arrancó de largo al caballo pero regateó al entrar en jurisdicción en ambas entradas. Toda la corrida ha sido brava en el tercio de varas. Pronto fue en banderillas. Mostró la prontitud como virtud en la muleta. Fue noble por ambos pitones, con un comportamiento dulce que empañó su nota. Pero bueno y manejable en conjunto.
Callejero, de bella lámina cárdena salpicada y lucero, precioso. Frío saltó y se comportó en el saludo. En varas empujó con poder y se arrancó de largo en las dos entradas, aunque le faltó alegría para acudir y pelear. Algo de reserva mostró en banderillas. Repitió en la muleta con cierto sentido y seriedad. De bobo no tuvo nada, ni un pelo; fue duro de pelar sin aparentarlo. Tuvo una sosería engañosa. No terminó de entregarse. Le faltó viveza a la hora de perseguir los engaños, la misma que sacó para perseguir a los banderilleros cuando les vio desarmados.
Asi ha acudido Liebre, tres veces, al tercio del toro El quinto, el de más peso de la tarde, 647 kilos dio en la báscula, de nombre Liebre –vaya liebre, hermosa-, segundo del lote de Aguilar. Bien armado, veleto. Salió más alegre que sus hermanos. De largo se arrancó al caballo en las dos entradas con galope franco y empujó con fijeza. Tres puyazos tomó con derechura. Hizo un buen tercio de varas. Fue claro en banderillas, también con alegría acudió a los cites. Así inició la faena de muleta hasta que empezó a perder las manos por los kilos de más que llevaba encima. Fue un bravo lastrado al que le sobraron seis o siete arrobas. Noble de comportamiento por ambos pitones, y con la casta suficiente para acudir presto a infinidad de llamadas. Tuvo fondo. Fue premiado con la vuelta al ruedo.
Coquinero cerró la tarde de los santacolomas, cambió el pelo, y cambió el aire de las embestidas, éste era negro. Más escurrido –¿ibarreño?- y de astas cornipasas. Se comportó pegajoso de inicio en el capote de Pérez Mota. También se fue de largo al caballo como sus hermanos. Fijo embistió en la segunda entrada tras venirse desde una distancia considerable. Se dejó banderillear. Principió viniéndose con alegría a la muleta y embistiendo por abajo. Lució temple por ambos pitones firmando el mejor trasteo de la tarde en la muleta. Embistió al ralentí, muy a la mexicana. Bravo y con casta. Fue aplaudido al arrastre.
Aquello del tranco no tiene nada que ver con la largura de las embestidas, quizá a la corrida le haya faltado un punto de casta, pasar de ser boyancona a encastada hubiera cambiado bastante el panorama. También le ha podido sobrar peso. Pero de todas maneras ha sido una tarde de interés para los aficionados. Tres toros han embestido con claridad 3º, 5º y 6º. Ha sido brava en el caballo y pronta a los cites, además de lucir una presentación sin mácula… Esto no se puede decir todos los días.
Foto: PLaza1
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