Con media entrada, se cumplió una corrida mixta, como el tercero y último festejo de la feria taurina “Señor del Buen Suceso”, lidiando astados de las ganaderías de Peñas Blancas para los toreros de a caballos y, de El Pinar y Campo Bravo, para el matador de a pie. Astados de juego variado. En la hermosa ciudad de Riobamba, provincia de Chimborazo, ubicada a 150 kilómetros al centro – sur de la ciudad de Quito.
       
Joao Moura, silencio  y ovación

Álvaro Mejía, palmas y dos orejas

José Antonio Benítez, vuelta al ruedo y oreja.

Alternativa de Álvaro Mejía

En calidad de toricantano, le correspondió lidiar el primer astado, al joven rejoneador Álvaro Mejía. Luego de recibir el doctorado de manos del rejoneador Joao Moura, poco pudo hacer para cumplir su aspiración, al lidiar este primer astado en la categoría superior. El toro de Peñas Blancas, se quedó corto en la embestida y, además, nunca se enceló. Para ello, luego del rejón de castigo, hizo lo posible para colocar en buena forma las banderillas pero, debido a su falta de experiencia, pasó serios problemas, al colocar el rejón de muerte, ya que tuvo que desmontarse, para descabellar. Palmas del respetable. El segundo toro, de la misma ganadería, lo recibió en la puerta de toriles. Luego del rejón de castigo, montando en “Torero”, se lució con la colocación de las banderillas en todo lo alto, pasándose el toro bastante cerca y levantando ovación del público. Con el primer rejón de muerte logró pasaportar al astado y el público presionó a la autoridad para la concesión de los trofeos. Dos orejas y la salida en hombros fue el premio de Usía.

Joao Moura colocando banderillas

El maestro Joao Moura, no tuvo suerte en su lote. Colocó el rejón de castigo y, luego, algunas banderillas en todo lo alto, citando de frente pero, falló con el rejón de muerte. Silencio fue el premio del respetable. El segundo astado de su lote, fue igual que el anterior, con poco recorrido y generando muchas dificultades. El sobresaliente José Luis Cumba, un conocido novillero, fue permitido por su matador y realizó un quite por farolillos, con mucho valor, que fue ovacionado por el respetable. Colocó las banderillas al quiebro pero, hizo varios viajes con el rejón de muerte. Una ovación recibió de premio el rejoneador portugués.

Un natural de Antonio Benítez

El matador, José Antonio Benítez, en su primer astado de la ganadería de El Pinar, tuvo dificultades pero, el diestro pudo lancear con el capote y, con la muleta, con series de derechazos. Una estocada desprendida, fue suficiente para pasaportar al astado. El público pidió una oreja pero, Usía le concedió una vuelta al ruedo devolviendo prendas. “Rompehielos” de la ganadería de Campo Bravo, fue su segundo enemigo. Un toro de hermosa lámina y con condiciones para el triunfo del matador. Luego de recibirlo con el capote y que le adornaran con los palitroques, ejecutó largos muletazos con la mano derecha que llegaron a los tendidos pero, faltó algo de “picante” para que el respetable se metiera con torero y toro que estaban en la arena. Circulares por la espalda y un bien realizado forzado de pecho, terminaron con la lidia de este astado. Tres cuartos de acero ingresaron al cuerpo del animal en buen sitio, lo que fue suficiente para acabar con la vida del animal. Una oreja concedió Usía al matador.

Álvaro Mejía con el toro en su estribo

LOS PREMIOS

Los premios que se entregaron luego de finalizada la feria taurina son: Álvaro Samper, como máximo triunfador. Al mejor rejoneador, Álvaro Mejía. Al mejor novillero, José Andrés Marcillo. Y, al toro “Sombrío”, No 59, de 460 kilos, de la ganadería de Campo Bravo.

Fotos: Alberto Suárez