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Que no falte el pañuelo Si alguno de ustedes tiene intención de ir a una plaza de toros con el más mínimo sentido crítico, están perdiendo el tiempo. No tienen más que ver la forma en que, por estas tierras, sacan a cuestas a los que calzan medias rosas. Y podrán no dar ni una sola verónica sin atrasar la patita, ya sea que no haya muletazo sin abusar del pico para que así el toro pase a ocho palmos del maestro de turno, que ni se vea uno rematado, sin obviar enganchones y carreritas para recuperar el sitio por no exhibir ni asomo de mando, que se pinche o no, se entierre la espada en los bajos o en mitad del lomo, aquí se piden los despojos y con entusiasmo. Prepare el yintonis, el palo selfie, el puro, el clavel y la entrada, la chaqueta planchá y el pañuelo asomando reventón.
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