|
Ficha del Festejo
Buen día meteorológicamente hablando, sol en lo alto, algo más de temperatura pero sin exagerar y algo de viento, sin molestar en demasía. Con una entrada algo superior a los dos tercios, tuvo lugar el décimo octavo festejo del abono del San Isidro 2017. Al terminar el paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio por Víctor Barrio por el día de su cumpleaños, cumplido el tiempo en todos los tendidos estalló una gran ovación en honor del torero. Madrid es así, tiene memoria.
En los chiqueros seis ejemplares con el hierro onubense de Pereda, para tres toreros queridos y respetados por la afición madrileña como son: el burgalés Morenito de Aranda, el vizcaíno Iván Fandiño y el madrileño Gonzalo Caballero, que fue el único que puntuó al dar una vuelta al ruedo en el sexto de la tarde. Morenito, mantiene su romance con los madriles, Fandiño continua con la cruz de la medalla.
Gonzalo Caballero feliz en la vuelta al ruedo Los toros de hoy, muy desiguales de presentación, en escalera sus pesos, eso sí lucieron impresionantes cornamentas en especial el último de la tarde que lucía dos perchas por pitones y que pesó la friolera de 610 kilos, ninguno del encierro dio facilidades para que los espadas pudieran más o menos triunfar, muchas teclas habían que pulsar para lidiarlos y que con estos aficionados de ahora, no son gustosos de la lidia, solo quieren pases y más pases aunque terminen aburriendo. El peso medio en la romana fue de 540 kilos.
Buenos lances de Morenito en el primero Un castaño llamado “Viajero”, cinqueño, bien armado y con 534 kilos de peso, fue el que abrió plaza. Para Morenito de Aranda, que saludó con 5 verónicas mecidas y con gusto, siendo fuertemente aplaudido, cumplió a medias en varas y también en banderillas. El burgalés inició faena con pases por alto ganando terreno, con la mano derecha muletazos de buen tono pero sin trasmisión, como también fueron los zurdos; actuación que podemos calificarla de tibia. Con la tizona, un pinchazo sin soltar, media estocada delantera, con la que el cinqueño dobló. “Cilantro” de nombre, otro cinqueño y castaño, con leños por pitones y 525 kilos sobre sus lomos fue el segundo de Morenito, ya de entrada el bóvido demostró que le faltaban las fuerzas. Con el percal a la puerta de chiquero para recibirlo a portagayola, que no pudo realizar el lance, porque el de Perera hizo caso omiso del torero en eso quedó el saludo, en varas intentó quitarse el palo, cortó en el segundo tercio. Morenito con la montera en mano a los medios fue para brindar al cielo, suponemos que a Barrio, en ese terreno y sin más con la diestra de buen tono, midió al toro enjaretándole dos redondos de excelente trazo y ligados, estuvo bien por ese pitón, largo fue el remate, con la otra mano la bajó, a más fue su labor, vi al de Aranda con la cabeza clara, pero alargó faena, terminando con unos ayudados. Mató con menos de media estocada a la que sumar una segunda entrada que cayó delantera y baja, pero que hizo efecto.
Fandiño en la puerta de chiqueros en su segundo “Arocheno” de nombre, un castaño con cinco años, leznas por pitones, con apenas 508 kilos de peso fue el segundo de la tarde para Iván Fandiño. Con la capa nada, con la franela a los medios y dos cambiados por la espalda, con la derecha pases pasables, pero con la zurda, dos de buena caligrafía abrochado con un largo forzado. Asentado y solvente el torero de Orduña, bernadinas de epílogo pasándoselo por el fajín; despachó a su oponente entrando en la suerte natural y al encuentro, tres cuartos de estoque pero trasera y tendida, más un certero descabello. “Petanco” así se llamaba su segundo quinto de la tarde, negro listón de pelaje, con apenas 506 de peso, por ello fue protestado, sacó problemas durante la lidia ya marcó su condición desde la salida. Fandiño a la puerta con el capote para recibir a portagayola a su oponente, el lance salió limpio, pero ahí paró todo con el percal; apenas se empleó en el jaco repuchándose en el primer tercio; se dolió en banderillas. Al platillo se fue con la muleta para brindar al público la faena. Pretendió torear por la derecha, pero los tornillazos que pegaba el morlaco eran palpables, todas sus embestidas fueron desagradables, la moneda sigue del lado de la cruz, dadas las acometidas del burel, había muchas teclas que tocar, hizo un esfuerzo totalmente inútil a sabiendas que no había nada que rascar ya que era misión imposible. Lo mejor de su actuación a la hora de la suerte suprema en que dejó una estocada entera del que el Perera rodó sin puntilla.
Ajustadas manoletinas finales de Caballero El toro tercero, negro listón, bien hecho de cabo a rabo de 550 kilos fue su peso y su nombre “Panadero”, muy medido en varas, fue a las manos de Gonzalo Caballero quien le saludó con lances a la verónica ganándole el terreno. Brindó al cielo. Iniciando faena con doblones con torería, con la derecha fue aplaudido, con la otra mano no consiguió llegar a los tendidos, con ese tipo de toro no era posible sacar partido, eso sí puso mucha voluntad y pundonor. Lo mejor fue la estocada que tiró patas arribas y sin puntilla al animal. Un toro grandullón con nada menos que 610 kilos sobre su osamenta, cinqueño, negro listón de pelo, un armario de tres cuerpos y con menudos leños, amplio de cuerna y ojo al nombrecito “Agrio” y así fue su comportamiento. Mucho que torear había a este cinqueño, que con esfuerzo y tenacidad consiguió algunas embestidas claras y algunos muletazos con decoro por ambos pitones, durante su quehacer el público cariñoso no le escatimó aplausos, el chaval se los merecía. Toda esa labor la rubricó dejando un espadazo en todos los rubios, pero tuvo que hacer uso del estoque de cruceta certeramente. Algunos pañuelitos, que no contaron, pero si contó la meritoria vuelta al ruedo.
Hay que destacar los dos pares de Carretero ante el cuarto cinqueño de Morenito, con el mérito de hacerlo pese a que Cilandro cortaba el terreno.
Desandando el paseíllo. Palmas para Morenito de Aranda, respetuoso silencio para Fandiño y ovación para Caballero.
Fotos: Muriel Feiner
|
|