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Un toro bravo debe tener en primer lugar presencia, seriedad, poder para expresar lo que lleva dentro y bravura encastada para emocionar a los espectadores... Pues todo esto le ha faltado a la corrida de hoy, y no a un toro, al encierro al completo.
El primero de la tarde respondía a Jilguero, era negro listón de pelo, abierto de cara, feo en conjunto. Desde la salida escarbó y echó la cara arriba. No mostró codicia en el capote de Francisco José Espada. Se picó poco y manseó tras la suerte de varas. Fácil de parear. Tuvo nobleza, pero le faltaron otros factores como la entrega o humillación, fue manejable pero no aportó emoción al trasteo por su falta de casta. Soso y deslucido.
Verbenero se jugó en segundo lugar, negro con bragas de reseña. Muy cornalón, lo que no significa que tuviera trapío, de poco remate y flojeando de salida. Una sardina. Sin poder peleó en varas. Cogido con alfileres cubrió el tercio de banderillas. En la muleta tuvo prontitud y nobleza, pero cabeceó en exceso por su falta de fuerzas afeando el trasteo de Joselito Adame. Manso descastado y deslucido.
Pargo, negro listón, protestado razonablemente de salida por su falta de remate, fue el tercero de la tarde. Poco celo mostró en el capote de Ginés Marín y si lo hizo en el caballo del que salió listo de papeles. Entre protesta cubrió el tercio de banderillas. Inservible llegó a la muleta.
El cuarto, bautizado como Oropéndolo se empleó codicioso en el capote de Joselito Adame. Justo de presencia, astifino de cara. Le cuidaron y se cuidó en el caballo al no participar en la pelea. Franco fue en banderillas. Noble y gazapón de inicio en la muleta. Se fue entregando con poco motor y escaso de fuerzas. La boyantía y la sosería se unieron dando lugar a una faena insulsa que no podía calar en los tendidos. Manso manejable.
Cinqueño y cornalón, de nombre Hurtador fue el quinto. Con hechuras que no enamoraba a nadie. Incierto de salida, punteó el peto manseando, casi no se picó aunque entrara tres veces al caballo. Cortó en banderillas y fue laborioso de bregar. Además de vencerse al inicio, punteó la muleta de Ginés Marín y pronto se paró por lo que el diestro decidió acabar con el manso y laborioso Hurtador de manera breve
Onami al que Joselito Adame arrancó una oreja Cerró plaza quien debió ser quinto al cambiarse el turno por cogida de Espada, Omani, negro, más armónico que sus hermanos, pero de lámina inferior a la que esta plaza merece. Mostró poca entrega de salida y en la pelea en el caballo. Insípido fue en el segundo tercio, y no le cuento como fue en la muleta de Adame, se echó en los inicios y luego siguió la muleta sin aliento ni bravura. Noble pero sin la esencia del toro bravo.
Foto: Las-ventas
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