Ficha del Festejo

Hace unos días comentaba en unas de mis crónicas, que cualquier día saltaría la liebre y hoy, ha sido en la décimo cuarta del abono 2017. Tras una vibrante y muy torera faena al sexto de la tarde el torero gaditano Ginés Marín cortó las dos orejas a un gran toro de Alcurrucén que bien merecía premiársele con la vuelta al ruedo. Julián López “El Juli” también por un pelín estuvo de hacerlo ya que cortó un apéndice en el primero de su lote y si no llega a fallar con los aceros en el segundo, posiblemente hubiese cortado una oreja. El único que se fue de vacío fue el toledano Álvaro Lorenzo, eso sí fue ovacionado y saludó en el quinto toro, segundo de su lote.

Ginés Marín primer torero a pie en salir en hombros

Hoy los aficionados que casi llenaron las dependencias del coso de la calle de Alcalá salieron toreando por las explanadas que rodean la plaza venteña, motivo había para ello, primero por el encierro de Alcurrucén que dio juego y facilidades para el triunfo y luego por la actuación de la terna. El Juli hizo doblete de Padrino al confirmar alternativa a dos promesas toreras como son Lorenzo y Marín, ojala tengamos oportunidad de ver en lo que aún nos resta de feria otra corrida como la de hoy.

Los pupilos de los hermanos Lozano, marcados con el hierro de Alcurrucén fueron serios, encastados de buenas hechuras, trasmitiendo y con nobleza, el mejor del encierro sin duda fue el que cerró plaza al que bien se le pudo dar la vuelta al ruedo, otro de ellos el primero de la tarde también escuchó palmas cuando las mulillas tiraron de el, los restantes tuvieron cierta calidad en sus embestidas. El peso medio en la balanza fue de 526 kilos.

Las estocadas fue lo mejor del toledano

Por la confirmación de alternativa el primer toro correspondió al toledano Álvaro Lorenzo, que apenas pudo lucirse con el capote debido a los gañafones de su oponente, en varas cabeceó pegando derrotes a diestro y siniestro. Derrotó por ambos pitones en la muleta impidiendo que su matador pudiera sacarle algún partido, algún que otro muletazo logró endiñarle en la corta distancia. Mató al correoso burel de una estocada entera que dio con sus huesos en la arena el animal. Silencio para el toricantano. Tardo de embestidas era su segundo pero que en algunos momentos del último tercio humilló aprovechando esa forma de embestir el de Toledo ejecutó muletazos templados y de mano baja por el pitón derecho que si llegaron a los abarrotados tendidos, también dibujo algún natural por ello se le aplaudió, queriendo agradar a los presentes acortó distancias pegándose un arrimón. No quedándole otra se tiró a matar en corto dejando una estocada entera hasta los gavilanes siendo suficiente para entregarlo a las mulillas, eso y su disposición le valió la ovación.

Un natural del triunfador

El otro toricantano era el gaditano Ginés Marín, que lidió el tercero, un burel guapo de hechuras que apenas sobrepasaba los 500 kilos, no siendo protestado. Al que Ginés apenas lo recogió con la capa, tras el tercio de varas Lorenzo hizo un ajustado quite por gaoneras. Tras la ceremonia de confirmación, brindó labor al público; fuera de rayas inició faena con muletazos suaves que gustaron a los parroquianos, cambio de mano y el morlaco se le paró pero impertérrito le templó bien en los naturales, fue poco a poco mejorando su actuación gustándose en esos muletazos, exprimió al máximo a su oponente con un circular completo invertido y unas cuantas bernardinas apretadas abrochando con una arrucina, toda esa larga labor la emborronó con las espadas. Pese a todo el público le premió con palmas. Pero lo mejor de su actuación llegó en el sexto en que el de Jerez se destapo, sin probaturas muleta en ristre inicio su quehacer en los medios y por naturales de manos bajas llevando al burel cosido en los flecos de la franela después cerró la tanda con un largo forzado de pecho, por el otro pitón tres redondos coreados por el personal, sumó otra tanda muy buena con la que consiguió levantar de sus asientos al público. Como colofón pases con la zurda de lujo. Se perfiló entró recto y decidido con la espada y dejó una estocada entera un pelín desprendida, cayendo el buen toro de Alcurrucén como una pelota. La plaza se llenó de pañuelos blancos pidiendo los trofeos que D. Justo y con justicia saco los dos suyos. La puerta de la Gloria se abría de par en par para salir en hombros en olor de multitudes hasta llegar a la furgoneta.

El Juli en uno de los relajados pases que dio con la diestra en su segundo

Ahora solo nos queda señalar lo que hizo el padrino, El Juli, que tampoco se quedó manco. Ya ante el primer toro nos dio la dimensión de su toreo ante un toro que trasmitió mucho, encastado pero nada fácil, pero delante tenía un torero, así de sencillo, con una capacidad y una técnica que nadie puede discutirle, desde el capote hasta la muleta el de Velilla de San Antonio dio una lección de toreo. Inició su estupenda labor con pases por bajo siempre ganándole el terreno, tomo la sarga con la diestra aunque la serie fue corta, fue intensa y ya no digamos con la otra mano en que los naturales fueron largos despaciosos y rematados con poderoso forzado de pitón a rabo, pese a las dificultades que presentaba el morlaco, siguió toreando con el cuerpo encajado en los redondos diestros con poderío que emocionaron al personal, terminó labor con circular invertido a dos manos. Mato con su estilo, “el julipie” y dejó una estocada entera hasta la bola quizás algo perpendicular mandando al toro al mundo de los muertos, así cortó una oreja de mérito. El cuarto tenía velas por pitones y buenas hechuras que humilló. El Juli se lució con el percal en el saludo por verónicas. A base de tirones con mucho conocimiento se sacó al toro con la muleta hacia las afueras, en esos terrenos una buena tanda con la derecha quedando siempre colocado, largos y a ralentí los naturales con las zapatillas clavadas en la arena hubo un momento que su oponente se le paró en medio muletazo y El Juli impávido le aguantó y la afición le ovacionó fue una pena que con la toledana pinchara en el primer embroque, dejando luego una estocada que penetró en sus tres cuartas partes y algo trasera teniendo que utilizar el verduguillo con un solo golpe. Tras el arrastre el torero de los madriles fue ovacionado.

Hoy por lo menos hemos disfrutado, mañana ya veremos. 

Fotos: Muriel Feiner