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La tarde ya empezó muy caliente, en la mañana de ayer, cuando en el primer reconocimiento únicamente han pasado tres toros el veredicto veterinario. Otra vez los bailes de corrales y los remiendos, cosa a las que estamos ya habituados. Finalmente pudo arreglarse el tema, trayendo algunos toros del segundo hierro de Hermano Fraile Mazas.
 Lo más emotivo, lo único de la tarde, el recuerdo a los fallecidos en Machester El público ya se está dando cuenta, que con la llegada de Simón Casas a Madrid, no se ha arreglado el problema de la falta de casta en los toros que se lidian. Al igual que el año pasado, me cuestionaba con la de porqué seguían poniendo en los carteles a la ganadería salmantina de Valdefresno, después de los últimos fracasos a los que nos tiene acostumbrados, la de hoy no ha hecho cambiar mi opinión.
Lo de hoy ha sido un desfile de inválidos y toros que difícilmente se mantenían en pie. Solamente se devolvieron dos toros a los chiqueros, pero podrían haber sido algunos más. Si no llega a ser por lo mucho que cuidaron a las reses en el tercio de varas, podríamos haber visto hoy en numerosas ocasiones a Florito. Hoy es de las primeras veces este año, en las que empiezo a escuchar a los aficionados especialmente hartos. Incluso por momentos llegue a oír gritos de ¡Toro - toro!, en demanda de emoción y casta. Simón debería de recapacitar un poco, el rumbo que está tomando, porque sino estos dos años se les pueden hacer muy largos.
Menuda diferencia al salir de la plaza hoy, donde era complicado poder encontrar una conversación o debate sobre la tarde. A diferencia del pasado domingo, donde todos salimos realmente emocionados y entusiasmados con la actuación del extremeño Antonio Ferrera.
Foto: Plaza 1
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