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La ficha del festejo.
El décimo primer festejo del abono isidril 2017, correspondió a la primera novillada del ciclo, que para ser en un lunes registró una excelente entrada; un día espléndido para toros, sol en lo alto, también la temperatura ambiente alta, lo único que faltó fue las moscas para completar el adagio.
En el cartel tres jóvenes novilleros, uno de ellos trenzaba su primer paseíllo en la primera plaza de toros del Mundo y en la más importante feria taurina del planeta de los toros, su nombre y ojo al parche Jesús Enrique Colombo, nacido en San Cristóbal Venezuela, completaban el cartel dos sevillanos ya conocidos por estos lares, me refiero a Pablo Aguado y Rafael Serna.
Se lidiaron seis utreros de la ganadería de El Montecillo, una novillada bien presentada, encastada con diversos matices que no cumplieron con las expectativas que todo el personal esperaba, solo dos de los utreros escucharon palmas en el arrastre y fueron los lidiados en segundo y quinto lugar, para los otros cuatro silencio camino del desolladero. El peso medio en la romana fue justo de 500 kilos, el de menos kilos el segundo 473 y el que más 518 que hizo tercero.
De los tres novilleros el único que destacó sin duda alguna fue el venezolano Eduardo Colombo al que la Autoridad, le hurtó o mejor dicho le robó un apéndice pedido por la mayoría de quienes pagan religiosamente su entrada, una vez más y con estas van dos que D. Javier Cano Seijo enfada al público de la plaza, según el reglamento y la tradición, la primera oreja la otorga el respetable y en el día de hoy se le faltó el respeto que merece el respetable.
El venezolano ha brindado una tarde de entrega Los otros dos novilleros que conformaban el cartel eran Pablo Aguado, al que se silenció en su primero y que saludó desde rayas en su segundo, para el otro torero andaluz Rafael Serna silencio en su lote. De camino al patio de cuadrillas. Fue largamente ovacionado Enrique Colombo, silencio para Pablo Aguado y pitos para Rafael Serna.
Ya en el primer utrero de la tarde Enrique Colombo apuntó muy buenas maneras, pese a las escasas fuerzas de su oponente, manejó con mucha soltura el percal en los lances de saludo, se lució en el segundo tercio, entrando con los palitroques de dentro a fuera, el segundo salió con los garapullos desde el estribo y el tercero se asomó al balcón, la ovación estalló en los graderíos, con la muleta le funcionó el caletre ya que tiene la mente clara y muy buenas maneras, carga la suerte y siempre con la pierna contraria adelantada, pero desafortunadamente no tenía enemigo idóneo para que la faena remontara. Pasaportó al utrero de un pinchazo, entró en corto y por derecho en el segundo envite una estocada entera algo traserilla que acusó el novillo, tras el arrastre de las mulillas, palmas al venezolano que saludó desde el tercio. El cuarto novillo empezó escarbando pero fue de menos a más en el transcurso de la lidia. Estuvo muy bien con el capote en los lances de saludo por ello fue ovacionado; con los palos, en el primer par se coreó el olé venteño, en el segundo al quiebro, cuarteando el tercero, ovación con la afición en pie. Tras brindar al público, se dobló en posición genuflexa sacando al novillo hacia los medios con la muleta en la diestra una tanda en redondo de muy buena factura que tocaron la fibra de los aficionados, quiso torear por el pitón izquierdo pero no pudo ser ya que al verse podido el utrero empezó a pararse. Como epílogo unas bernadinas ajustadísimas, el púbico respondió con fuertes palmas. Se perfiló en la suerte natural, contundente con la toledana que mandó al novillo al otro mundo. Pañuelos por todos los tendidos de forma mayoritaria que una vez más no fue atendida por D. Javier, la bronca contra el palco fue unánime, tras el hurto del trofeo. La vuelta fue apoteósica incluso el pagano pidió una segunda vuelta al anillo.
De principio a fin El segundo novillo del festejo fue un ejemplar justo de todo y mansurrón para Pablo Aguado al que le vimos sin ilusiones, sin ambición alguna, toda su labor muletera fue un rosario de banderazos. Con el estoque de muerte de entrada una estocada atravesada y en el segundo envite una entera que hizo pupa en el animal. Permítame Sr. Aguado, a Madrid hay que venir con otra actitud y otra disposición. Algo mejor estuvo en el saludo capotero en el quinto, bajando el listón con la muleta no acoplándose con el buen utrero que le tocó en suerte, mejor actitud y disposición con la diestra mano pero no llegando de ninguna manera a los tendidos, quizás desfondado o así lo aprecié yo se fue por el arma toricida, mejor con el alfanje dejando una estocada entera desprendida que fue más que suficiente para mandar al novillo camino de los carniceros.
Los mejores momentos de Aguado fueron con el percal El tercer utrero terminó parándose y escarbando, en el saludo con el percal nada le vimos a Rafael Serna; tampoco le vimos con la sarga, todos los pases para las afuera, no comprendí esa palmas que sonaron en el tendido, quizás eran de sus paisanos, nada estimable por ninguno de los dos pitones, toreó de lejitos y sin mandar. Con la espada logró meter la mano dejando una estocada entera ligeramente desprendida, dobló el animalito y lo remató el puntillero. Y llegó el sexto, segundo de su lote, con la capichuela en los lances de saludo no dejó quietas las zapatillas, su labor fue deslavazada. A la hora de matar se puso pesadito con el estoque de cruceta haciéndole falta hasta cuatro golpes con el verduguillo.
Serna en el lado opuesto, no tuvo su mejor actuación Tras dos horas y veinte minutos todos para casita con el buen sabor de boca que nos dejó el novillero del otro lado del Atlántico.
*Fotos: Muriel Feiner
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