La Ficha del Festejo.

Ya lo decíamos ayer: ”apaga y vámonos” y hoy nos quedamos en tinieblas por culpa de seis mansos de libro como fueron los del hierro salmantino de El Pilar, con ellos era imposible ver triunfar a ningún torero, sea quien sea y venga de donde venga. Y para colmo sonaron los tres avisos para un triunfador como el madrileño David Mora que vio cómo su segundo toro era devuelto a los corrales vivito y coleando.

Los asistentes al tercer festejo del ciclo que casi llenaron las aposentadurías del coso se enfadaron muchísimo con el ganadero, llenando el ruedo con sus almohadillas, no soy partidario de este tipo de protestas, pero digamos que habían razones más que suficientes para ello, si malos fueron los de El Ventorrillo, los toros de hoy les ganaron por goleada, cuando esto sucede a quien tenemos que reclamar?.

Menos mal que la tarde fue más apacible que el día de ayer y con mejor temperatura no pasando el frio gélido de la tarde anterior y por lo menos pudimos disfrutar de algunos pasajes hermosos, como fueron ver torear con el capote estupendamente a la verónica a Diego Urdiales y los delantales ejecutados por José Garrido y lo más destacado por parte de Ángel Otero en dos soberbios pares de garapullos en el segundo manso de la tarde, la ovación fue atronadora y el torero de plata tuvo que saludar montera en mano en agradecimiento.

Los seis ejemplares de El Pilar fueron despedidos camino del desolladero con pitos, exceptuando el 5º que obtuvo palmas en el arrastre. Bien presentados, bien armados de pitones, de distintos pelajes pero mansos mansos y descastados; con peso medio de 547 kilos, el 5º con nada menos con 611 kilos y cinqueño.

El 2º intentó la huida en varias ocasiones

Algunas complicaciones presentó el primero del lote del riojano Diego Urdiales al que picó bastante bien Manuel Burgos en los dos envites. Diego con la franela en buen tono, destacando un par de naturales, por ellos se le aplaudió, el morlaco fue a menos. El de Arnedo buscó la tizona, en el primer embroque un mete y saca, una entera ligeramente caída más cuatro golpes de verduguillo y para el tiro de mulillas. Un cuatreño cuarto, escaso de fuerzas y acusó su mansedumbre. Con la muleta pases de tanteo obligando al animal para que embista y ni por esas consiguió su objetivo, intento al natural pese al peligro sordo del cornúpeta más por manso que otra cosa. Con la sarga lo cuadró entró a por uvas y dejó una estocada entera desprendida y algo trasera pero dobló sin remedio el manso animal.

Algunos buenos trazos del riojano

Hoy en el sorteo no tuvo fortuna el madrileño David Mora, el primero intentó en varias ocasiones saltar la barrera y siempre fue a su aire que terminó rajándose, David puso mucho empeño, pero todo era inútil; tampoco ayudó el bichejo a la hora de matarlo, tras sentir la espada que fue un pinchazo hondo el torete se aculó en tablas, cambio de arma tomando el verduguillo para al fin rematarlo con tres golpes. El segundo de su lote pesó la friolera de 611 kilos que no los aparentaba ya que era muy largo de hechuras. Con la capa saludó a su oponente con tres verónicas suaves y una excelente media que se le aplaudieron, quitó por delantales limpiando la cara del morlaco José Garrido. Bien Antoñares en el turno de banderillas que escuchó aplausos. En algunos pasajes de la faena los aficionados batieron palmas ya que el torero estuvo por encima de su oponente tanto por el pitón diestro como por el contrario pese a la incierta embestida del animal. Un verdadero quinario pasó con los aceros especialmente con el estoque de cruceta contándole hasta quince golpes antes de oír los tres avisos y toro para el corral, no fueron necesarios los cabestros de Florito ya que el puntillero y desde el burladero de matadores logró apuntillarlo con acierto. La bronca para el torero estalló en todos tendidos.

David Mora para someter al manso

El primero del lote del extremeño José Garrido era un toro manso de libro. Logró fuertes aplausos al recogerlo toreramente con el percal. No entendí el porqué del brindis al respetable conociendo perfectamente como respondía el manso que terminó echándose cuan largo era, intentó hacerle faena pero con esos mimbres era imposible sacarle algún pase, al fin se desilusionó y cogió la espada para dejar una estocada entera caída, logrando que el manso claudique doblando sin más. Otro manso era el sexto, eso sí lo saludó con cinco lances al delantal muy vistosos abrochando con una media de hinojos, ovación al canto, de allí en adelante no hay nada destacable simplemente porque el morlaco se apagó como quien apaga la luz; menos mal que estuvo habilidoso con la tizona al dejar una estocada entera un pelín desprendida que surtió efecto.

Buen qué hacer de Garrido con la capa

Tras terminar la corrida: Urdiales aplaudido al retornar al patio de cuadrillas, bronca para Mora y palmitas para Garrido. Tras dos horas y media de sufrimiento para casita.

*Fotos: Muriel Feiner