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El viento también ha echado una mano…
Paletón, anovillado y sin remate por detrás era el primero de la tarde. Se mostró apagado, sin entrega y abanto tras el saludo. Tomó un buen puyazo sin rechistar, medido el segundo. Con alegría acudió en banderillas y apretó para los adentros. Dócil y noble llegó a la muleta, pero duró muy poco su entrega. Terminó siendo deslucido por ambos pitones, yendo a peor y poniendo en aprieto a Urdiales en algunos momentos. Sospetillo no pasará a los anales de la historia del toreo... Ni sus hermanos.
Carapuerco II salió abanto y barbeando tablas e intentó saltar al callejón en tres ocasiones, dígase de paso sin demasiada pericia, todos hemos visto toros brutos intentar saltar al callejón, éste fue torpe. Le faltó trapío y, por tanto, seriedad, los pitones deben ir acompañados del cuajo. Tomó una vara de manso calamocheando el peto y se dejó pegar en la segunda de la que salió con trote equino (malos augurios). Fue bregoso en banderillas y apretó en la reunión. Se najó en cuanto se sintió podido por David Mora. Manso sin lugar a dudas.
Cornalón, pero poco hecho como el anterior y sin remate por detrás, era Jacobero. Un colorao lavado de cara que repitió con celo al capote de Garrido, después tiró cornadas a diestro y siniestro en el caballo dejando entrever que en vez de casta, aquello eran síntomas de genio. Fue un soseras en banderillas. Certificó que aquella agresividad que mostró en los primeros tercios no era bravura al echarse sobre el albero. Una gaseosa.
Los tres últimos toros estuvieron mejor presentados, los anteriores no debieron pasar el reconocimiento.
Cuajado, serio y rematado fue el cuarto de la tarde. De nombre Carapuerco I, castaño chorreado de pinta. Repitió de salida sin entrega y apretando al torero. Sin estilo tomó dos varas empujando arriba. Se dejó, sin más, parear. Llegó sin fuerza a la muleta con un incómodo calamocheo, no dio posibilidad alguna a Urdiales. Se llevó una buena pitada al arrastre.
Huracán el más potable de la tarde El quinto, de nuevo, como ayer, se repite la historia, fue el más potable del encierro. De buena presencia y mejor peso, 611 kilos que los movió bastante bien. Repitió en el capote e hizo una buena pelea en varas. Fue a menos en banderillas pero cumplió. Huracán -sin serlo- en el último tercio repitió claro por ambos pitones, observamos el defecto de ser algo gazapón lo que incomodó a David Mora. Fue un buen toro que terminó apuntillado al recibir los tres avisos su matador.
Mira-Bajo era armónico y bien hecho, tocado de pitones, serio. Repitió al capote de Garrido con franqueza por ambos lados. Cumplió en varas y se mostró pastueño en el quite de Diego Urdiales. Aunque tardeó en banderillas, repitió con claridad en la muleta en los primeros compases, para terminar quedado o muy tardo, aunque cuando embestía lo hacía por abajo.
Nos las prometíamos felices con el cartel de hoy e incluso pensábamos que algunos toros podían embestir, pero mire usted por dónde, que al final, nos hemos tragado un bodrio de corrida. Si los ganaderos no cambian la forma de seleccionar, la fiesta de los toros necesita muy poco para acabar por el precipicio.
Foto: Lasventas.com
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