La quinta corrida del Serial taurino 2017 se llevó a cabo ante tres cuartos de entrada en la Monumental de Hidrotermápolis; se lidiaron dos toros de Los Encinos para rejones de presencia justa y buen juego; para los de a pie cuatro de Julián Hamdan, y el de regalo procedente de la misma ganadería: desiguales en juego y presentación.
Pablo Hermoso de Mendoza: silencio y leves palmas
Arturo Macías: división de opiniones, silencio y oreja en el toro de regalo Sergio Flores: leves palmas y orejas.  Lo mejor de la corrida Lo malo de las tardes cuando se tornan vulgares es recordar que los villamelones son muchos, lo bueno es que dan pauta a la platica con personas como don Librado Jiménez, un tío cultisimo que no permite a uno se le apague la afición; canta pasosdobles, tiene un sentido del humor estupendo y asegura que lo mejor de juntarse con personas inteligentes disfrutar lo mágico de la sencillez y encontrar respuestas que parecían no llegar nunca. Como si fuera poco, confirmar la ley de la atracción, mientras nada en el ruedo emociona piensas en voz alta “esta feria no han aparecido atardeceres como el año pasado”; cinco minutos después el cielo mezcla colores hasta crear la pintura más artística de la tarde, no cabe duda incluso los días más duros o tediosos en el infinito techo hay siempre historias para bordar y contar.
La del ruedo a continuación:
El rejoneador como en todas sus actuaciones con el oficio dominado; esta tarde arriesgó como siempre pero no emocionó como acostumbra, ante su primero le costó templarse y vaya que el de Los Encinos era bueno, mismo que despachó con un rejón de muerte traserisimo y de lado contrario para irse en silencio. Con el cuarto de la tarde le fue mejor pero no mucho, colocó mejor los rejones de castigo así como las banderillas pero los tendidos estaban más atentos y agradecidos con la buena brega de Policarpio(un subalterno como salido de una obra de Botero, prieto azabache, bajito, a quien le llaman “Poli”; cada vez que comparece lo hace de maravilla, decidido, simpático, con técnica, un personaje pintoresco de buen hacer que debería tener más actuaciones)a quien pedían que apareciera en cuanto el rejoneador se iba un momento para cambiar de caballo; Hermoso de Mendoza mató mal y sólo hubo algunas palmas.  El dominio del rejoneador
Por lo que toca a Arturo Macías, todos reconocemos su disposición para torear el día grande de la feria a pesar de haber recibido una cornada el día anterior, los toreros son de otra pasta decimos en el argot taurino; sin embargo con los de su lote vimos que justo por estar recién operado no tenía las facultades para pararse igual aunque él tratara de disimular y aunque trató de hacer las cosas parecía que los tendidos ya no le compraban lo que años atrás les volvía locos. Pero justo cuando nos convencimos de ello, vino el toro de regalo y la plaza de deschavetó junto al “cejas”, rodillazos, tomar los pitones del toro, un cachondeo de lo lindo para culminar con la oreja y mejor aun con el festejo.  Macías con el de regalo
Quien no logró ser su mejor versión es Sergio Flores, puede pero no define; le cuesta mucho la suerte con el capote y a pesar de ello hizo buen juego de manos en los lances al tercero de la tarde al que apenas le abrieron con la puya sin hacerle sangrar, de muleta tuvo momentos buenos, despacio y muy templado llevo al de Hamdan, el toro no terminaba por entregarse y a veces salía con la cara arriba; luego de un pinchazo escuchó algunos aplausos.
De su labor al sexto de la tarde buenos derechazos y un natural pinturero, después se perdió queriendo agradar al tendido, adiós estilo: una oreja entre protestas.  Cuando Flores se decide La Monumental puede llenarse de palmeros pero nunca nos resignaremos a verla reducida a eso, el toro no es sólo blanco o sólo negro, son matices y buscaremos siempre los más taurinos.
 Siempre hay historias en el ruedo celeste
Fotos: 1 y 5 José Manuel Salazar, 2, 3 y 4 Humberto García "Humbert"
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