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El ambiente taurino de la ciudad de México perdió
durante estas fiestas navideñas a un personaje entrañable, uno cuya vida y
personalidad bien podrían llenar las páginas de muchos cuentos y novelas. Uno
que dedicó todo a la fiesta brava, y que siempre tuvo los brazos abiertos para
apoyar a los toreros con su trabajo, especialmente a los más humildes. Murió Roberto Morales Acuña, unánimemente
conocido el mundillo como Girón, maestro de la sastrería
taurina, torerillo de aquellos que corrían la legua, y prolífico torero bufo.  ¡Hasta siempre! Foto del autor Domingo tenía que ser el día en que el
maestro sucumbiera a sus dolencias, domingo de toros, aquellos que presagiaban
toda clase de correrías, tan toreras como bohemias, y que hoy, tras el fatal
desenlace, añoramos como celebración de la vida, de la solera de Girón, y de
nuestra fiesta brava. Este lunes, familiares, amigos, y aficionados acudimos a
su entierro en el Panteón Jardín de esta capital con tristeza y dolor, pero
sobre todo con mucho cariño. Hasta siempre, amigo. Hasta siempre, ¡Torero!
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