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El agua de lluvia la que siempre entendemos como bendición del Cielo, en esta ocasión y de forma concreta en tierras gaditanas, ha supuesto un auténtico drama en dicha provincia y, respecto a los toros, en la ganadería de Núñez del Cuvillo, las aguas torrenciales se llevaron por delante a más de cincuenta vacas.  Álvaro Núñez Benjumea en una barrera Se trata de un caso inédito como ha confesado Álvaro Núñez Benjumea, el propietario de dicha vacada, el que se encuentra muy consternado por dicha desgracia.
Allí, en su finca El Gallerín, murieron ahogadas las vacas citadas, así como una decena de becerros. Un auténtica pena porque, como decimos, el agua que siempre suele ser una bendición, en estos días y para tierras gaditanas de forma muy concreta, se ha tornado maldición.
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