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Como quiera que nada es para siempre, el diestro Fernando Robleño y su apoderado Carlos Zúñiga, han puesto fin a su relación profesional que les unía como apoderado y torero.  El diestro Fernando Robleño que tendrá que buscar aires nuevos Según ambas partes han asegurado que su relación personal y de amistad no ha quedado dañada, algo que celebramos todos porque tras cualquier ruptura, en este caso profesional, no tiene por qué lacerar los lazos de la amistad.
Lo cruel de la cuestión, dicho en cristiano, es que Fernando Robleño ya no toreará nunca más en Gijón. ¿Se ha vuelto mal torero Robleño? Para nada. Ocurre que, Gijón, como sabemos, es el feudo natural de Carlos Zúñiga, razón por la que con buen criterio, durante los tres años que ha durado su relación, el diestro ha actuado en el Bibio.
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