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Novena novillada de la Temporada Chica 2016, y última de la segunda etapa de novilladas
con picadores. Ante unas tres mil personas y con una tarde-noche muy agradable,
atravesada apenas por algunas ráfagas de viento, se lidiaron cinco novillos de
la ganadería neoleonesa de Golondrinas,
y un reserva de Medina Ibarra, sexto bis, que sustituyó al de la ganadería titular, devuelto por
inválido. Los titulares fueron desiguales de presentación, entre los que
destacaron cuarto, quinto, y el devuelto. Muy por debajo quedaron los lidiados
en primero y segundo lugar. En cuanto al juego, se dejaron meter mano, aunque
acusaron debilidad, mansedumbre, y poca transmisión. El de Medina Ibarra fue
bueno y emotivo, aunque terminó con la cabeza arriba. Actuaron cuadrillas
completas encabezadas por los siguientes novilleros: Javier Castro: palmas tras aviso, y salida al tercio por su cuenta. Héctor Gabriel: silencio, y pitos tras dos avisos. Andy Younes: palmas tras aviso, y ovación tras aviso. Saludaron en el tercio Jonathan Prado y Gerardo
Angelino por sus destacadas actuaciones en banderillas. En varas
sobresalieron César y Erik Morales. Younes, buenos momentos A Ernesto
Navarrete, “Don Neto”, decano de la crónica taurina en México,
fallecido este domingo a los 97 años de edad. Descanse en paz.
Por fin se corrió el velo del futuro de la fiesta en
nuestro muy querido gran coso. La propuesta fluctúa entre lo interesante, lo
emocionante, y hasta lo atemorizante dado lo radical de la restructuración, lo
absoluto del cambio en la temporada de nuestro icónico embudo. Detrás en el
tiempo hay varias experiencias taurinas con toros en días seguidos que nos
podrían ofrecer antecedentes históricos sobre ese formato de espectáculo en
esta capital. Podemos numerar, por ejemplo, la Feria Guadalupana de 1956 en la
extinta Plaza de toros El Toreo de
Cuatro Caminos, o las ferias de 1976 y 1987 en un Palacio de los Deportes de la Magdalena Mixhuca adaptado como
plaza de toros. Los resultados disimiles de dichas experiencias, sus grandes éxitos
y sus marcadas desventuras quizás puedan ofrecer algunas pistas sobre qué
podemos esperar de este nuevo formato de Temporada Grande de la que ya
tendremos tiempo de platicar más adelante. Por ahora, me gustaría traer a
colación un ejemplo reciente: en los festejos del LXV Aniversario del Coso de
Insurgentes, en días casi seguidos, sábado 5 y lunes 6 de febrero del 2011, se
registraron sendos llenos en los tendidos numerados de la Plaza México incluida
una entrada al borde del lleno total ¿Qué tiene que ver todo esto con la novillada de
este domingo? Pues que las últimas tres novilladas del serial, en la que
partirán plaza los prospectos más destacados entre todos los que vimos estos
últimos cinco domingos, se celebrarán en tres días seguidos. Será un reto
titánico para los chicos atraer a algo más de gente en días seguidos, así como representará
un formidable crucigrama para la administración del coso el determinar si lo
más granado de la novillería, que no alcanza para completar tres tercias, podrá
actuar en tres días seguidos, o sí nos privarán de las repeticiones ansiadas
por el aficionado al final de cada temporada. No podemos ver el futuro, pero
estaremos pendientes con todo interés de cómo se subsanarán estos puntos
críticos, siempre deseándole suerte a la empresa, puesto que en la medida en
que la tengan la tendremos todos como afición. Y si no, ya nos estaremos
lamentando... Pero pasemos a reseñar la novillada de este domingo,
en la que sólo Andy Younes alzó la
mano para apuntarse en los carteles postreros del serial menor. El encierro de Golondrinas, terciadito de presentación
y escaso de muchas cosas, también se dejó de meter mano, y aunque no pintaban para
ninguna escandalera muy memorable, si ofrecieron recompensas para quienes
supieran entenderlos y extraerles lo mucho o poco que tuvieran. La única
excepción a esta tónica fue, quizás, el segundo de la tarde, que le puso las
cosas complicadas al poblano Héctor
Gabriel. El sexto bis, de Medina
Ibarra, de plano fue otra cosa, a tono con la novillada del domingo pasado,
que exigió una lidia con la seriedad propia que impone la casta. Abrió plaza, pues, Javier Castro, que tuvo una actuación gris que su porra se encargó
de maquillar obligándole a saludar en el tercio tras matar al cuarto. Al
primero, Candela –n. 2, 438 kg.-, lo
citó siempre en terrenos muy cortos y muy cruzado, aunque el novillo era muy
débil y exigía mucho aire para pasar. Naturalmente que el de Golondrinas se
acabó pronto y terminó por volverle muy pronto Mató de estocada entera y se retiró entre palmas tras un aviso. Cabe
señalar, además, la horrible lámina de este astado, arruinada completamente por
una cabeza muy pobre. Javier Castro, arropado por sus partidarios Con el cuarto, Rumboso
–n. 6, 447 kg.- reafirmó su facilidad con la espada tras una labor muy
larga y aburrida en la que se mostró poco firme.
Héctor Gabriel tuvo una tarde aciaga en la que no pudo secundar sus
triunfos en Arroyo, que le valieron el primer lugar del
certamen Descubriendo un Torero. El
segundo novillo de la función, Mojao –n.57,
435 kg.-, fue un animal soso y sin transmisión al que hacía falta hallarle muy
bien la distancia para sacarle algún provecho. El poblano no se acopló con el
peor novillo del festejo y se retiró en silencio tras pinchar en varias
ocasiones. Héctor Gabriel, dos emotivos brindis, uno a su abuelo, el popular "Teniente"... Las cosas de plano no le salieron en su segundo
turno, en el que logró varios trazos largos y sabrosos, pero en el que falló en
cumplir con la exigencia habitual del tendido del Coso de Insurgentes: ligar
los muletazos. Desde las alturas le reclamaron airadamente que al terminar el
pase no dejara la pañosa en la cara de un novillo que, en realidad, tampoco
tenía muchísimo más que ofrecer. El joven poblano no se pudo sobreponer a la
hostilidad del público y se desdibujó poco a poco hasta escuchar dos avisos.
Así, pues, Héctor Gabriel se retiró
entre pitos.
...y otro a la Unión Mexicana de Monosabios. Sin embargo no fue su tarde El francés Andy
Younes mostró más disposición y mejores fundamentos técnicos toda la tarde,
lo que le bastó para sobresalir de entre la terna. El tercero de la tarde, Ermitaño –n. 65, 441 kg.-, cárdeno
claro, muy paliabierto y pobre de trapío, bien picado por Erik
Morales, fue un novillo mansurrón que colaboró con su matador de inicio,
pero que terminó defendiéndose y recostándose a medio viaje. El joven ultramarino
exhibió sus ganas de agradar y su buena técnica primero con un buen quite por
tafalleras muy quietas citando de espaldas al burel, y después robándole pases
a Ermitaño con mucha voluntad, pero
sin mucho reposo y con algo de brusquedad. Hacia el final de la faena, cuando
el astado ya era completamente áspero, se llevó una peligrosa voltereta, en la
que debió quedarse inmóvil en la arena para no tocar a la res. Mató con muchos
problemas para enfriar a la concurrencia que se animó con su actuación y
retirarse entre palmitas tras aviso.
Younes con la mano derecha En sexto lugar saltó a la arena Temochi, n. 67, 443 kg., castaño y de bella presencia que fue
devuelto por no poder mantenerse en pie, muy posiblemente a causa de un
calambre. Durante el acostumbrado y penoso papelón que se monta para devolver a
los toros a los corrales en esta plaza, se estrenaron en público los nuevos
cabestros, cinco berrendos en castaño y un castaño, a los que manejaron con
muchos problemas cuatro individuos con garrochas a pesar de que los mansos claramente
sabían su labor. Ojalá que la nueva
empresa pueda capacitar mejor a su personal en lo que respecta a estas lides.
Finalmente salió al ruedo Chavi –n. 24, 445 kg.- de Medina Ibarra, que recibió una vara tumbando,
y embistió con emotividad, repetición, motor, y codicia, aunque terminó
saliendo suelto. Younes ofreció el
toreo más macizo del festejo con este ejemplar aguascalentense, que reafirmo el
triunfo que consiguió su estirpe el domingo anterior. Aunque el novillero no
pudo redondear su labor, por momentos estuvo muy a tono con el sobrero, consiguiendo
trazos muy estéticos con la mano derecha, que dejaron al público con ganas de
entregársele. Desafortunadamente la faena perdió intensidad, y al poco rato el
novillo también vino a menos. De nuevo no pudo matar con eficacia ni mucho
menos con corrección, por lo que debió conformarse con una cariñosa ovación
desde el tercio tras otro aviso. Todo un show para devolver al sexto Así terminó la segunda parte de la Temporada
Novilleril 2016, que constó de cinco carteles, y que nos deja a la espera del
anuncio de quienes actuarán en los tres restantes. Según nuestros juicios, solo
cinco novilleros tuvieron actuaciones destacadas, de entre los cuales solo dos
son mexicanos, y el resto extranjeros. ¿Cómo se conformará el remate de la
Temporada Novilleril? ¿Se echará mano de los novilleros sin caballos? Ya lo
sabremos. Por lo pronto no nos queda más que esperar el inicio de la Temporada
Grande, que iniciará el próximo fin de semana con una insólita doble cartelera.
Hasta entonces y ¡Suerte para todos!
*Fotos: Luis Humberto García "Humbert".
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