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Ficha del festejo: La dureza y exigencia de un encierro muy serio se hicieron
presentes este domingo en la Plaza México, en la que los cuatro chicos que
partieron plaza se vieron en aprietos ante la fiereza de los novillos neolenses
de El Vergel, que vendieron muy
caras sus muertes. Serios, desarrollados, grandes, astifinos, pero sobre todo
muy bravos y exigentes, protagonizaron una tarde marcada por la emoción y el
miedo. Por su parte, los novilleros no pudieron a cabalidad con tan complicada
asignatura, aunque el michoacano Tato
Loaiza cosechó una salida hombros con base en un valor al borde de la
irracional, como no se puede pedir de otra forma a un novillero con hambre. Dureza en el novillo, miedo en la plaza, dificultades en el ruedo. Abrió plaza el difícil Atrevido
–n. 197, 378 kg., con unos astifinos pitones de auténtico miedo, y que
exigió mando y poder después de mandar a Héctor
Gutiérrez a la enfermería con dos graves cornadas, una de ellas en la zona
del hemitórax. Salió entonces, pues, Ángel
Téllez segundo espada de origen madrileño, quien se limitó a cumplir
mostrando su escuela. Mató de buena estocada y se tapó entre palmas.
Con el de su lote, llamado Rumbero –n. 327, 390 kg.-, mejorando el negro, más discreto que la
abreplaza de presentación, desarrolló una lidia basada fundamentalmente en el
pitón izquierdo, sin mayores resultados. Tengo la impresión de que nos faltó
verlo por el pitón derecho. Mató con eficacia una vez más, y aunque estuvo
desangelado y región, su labor le bastó para ser designado triunfador. Con el quinto,
el imponente Cuco –n. 393, 382 kg.-,
cárdeno bragado, anduvo frío y aburrido, por lo que dividió las opiniones. Ángel Tellez, solvente y poco más. Antonio Medina, badajocense, se las vio con Sultán –n. 211, 382 kg.-, novillo con
motor y recorrido que exigía una muleta poderosa que pudiera someter su
embestida por lo demás aprovechable. El rubio joven pegó muchos pases sin
hacerse completamente de la embestida, y sobre piernas, lo que la concurrencia
le reprochó.
Antonio Medina, sin suerte. El triunfador numérico de la tarde en el michoacano Tato Loaiza, quien tiene personalidad,
carisma, y un valor arrollador. Cayó de pie frente al tendido de La México con
su buen toreo con el capote. Con la muleta también anduvo muy dispuesto, muy
valiente, y temerario, aunque bastante acelerado. Sin embargo, en un momento de
la faena, el novillero se vino abajo, y fue posible observar su desencanto. Por
su parte, el novillo, Distinguido –n.
250, 356 kg.-, precioso negro jirón, fue bastante bueno, largo y emotivo. Mató
con eficacia, y Jesús morales entregó una oreja atendiendo reglamentariamente a
la petición mayoritaria. La buena condición del novillo fue visible para todos
menos para el señor del palco que se hizo pato con el arrastre lento
Tato Loaiza, entragado. El sexto, bautizado Colega
–n. 306, 371 kg.-, un animal de imponente catadura, aunque más cómodo de cabeza
que sus hermanos, era de una lámina imponente: honda, larga, y lomitendida. Con
este utrero, Tato se mostró más verde, y le costó más trabajo hallar lo que el
novillo le pedía. Por ello, se llevó una voltereta de órdago, en la que parecía
que había sido herido casi con seguridad. Afortunadamente, el estado de
preocupación se palió cuando el novillero regresó de la enfermería sin daños.
Posterior a ello y con la gente completamente su favor, hizo el toreo con sus ya
mencionados carisma y entrega. Mató de media estocada, y el pañuelo más rápido
del Oeste, el de don Jesús Morales,
asomó para completar su primera puñalada por la espalda a la nueva empresa. La
buena condición del novillo le pasó de noche una vez más, y cosechó su primera
bronca de la temporada. El joven michoacano, sin ser su culpa, salió a hombros
entre rechiflas.
Una salida a hombros desangelada, cortesía del palco. Dentro de ocho días comienzan ya las novilladas con caballos.
Esperemos una mejor respuesta de la afición en respaldo al espectáculo más
bello del mundo, y, no sin antes expresar nuestras felicitaciones al ganadero,
don Octaviano García Rodríguez, los
invitamos a asistir al coso monumental.
Fotos: La Plaza México.
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