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Con tres cuartos de entrada se han lidiado toros de Fuente Ymbro, de desigual juego.
Eugenio de Mora, ovación tras aviso y silencio
Juan del Álamo, silencio tras aviso y silencio
Román, oreja y ovación tras aviso. Feliz Román paseando el trofeo Vaya corridita de toros la de hoy con las reses de Fuente Ymbro, no ganamos para sustos, menos mal que los tres toreros acartelados resolvieron muy dignamente tan duro compromiso, poniendo no solo toda su disposición sino también sus conocimientos y sobre todo su valor, pudieron con las correosas y peligrosas embestidas de los pupilos de Ricardo Gallardo, con lo sincero que suele ser el ganadero gaditano, es de suponer que nada contento estará con sus pupilos que tan mal se han portado en el ruedo venteño.
Menos mal que en esa misma arena hubieron y estaban tres toreros de reconocida solvencia y profesionalidad, que pudieron con semejante regalito, en mi modesto criterio, los tres espadas estuvieron por encima de sus enemigos que les tocaron en suerte, uno de ellos, el valenciano Román a base de tesón y valor logro arrancar un apéndice al tercero de la tarde, el toledano Eugenio de Mora, tuvo que sacar toda su artillería y dignamente acabó con su lote, bailando con la más fea el salmantino Juan del Álamo. Por ello los tres matadores fueron ovacionados al retornar al patio de cuadrillas.
Los aficionados que cubrieron algo más de tres cuartos del aforo, salieron del coso más que contentos al presenciar una corrida en la que había mucho que torear y conscientes del peligro que entrañaban los toros, como sucedía antaño, con emoción y con el corazón en un puño, cuando esto acontece, los corrillos tras el festejo son muy numerosos en los aledaños del coso.
Los toros lidiados en esta tarde no llegaron a cubrir las expectativas que suelen levantar normalmente; bien presentados desde luego, con perchas por pitones, bien rematados, con buenas hechuras, pero de embestidas correosas y sacando mucho peligro; el peso medio en la romana fue de 520 kilos, como bien se puede apreciar con unos pesos más que normales.
 Inicio de faena de Eugenio de Mora Abrió plaza el torero de Mora de Toledo, Eugenio de Mora, que saludó al morlaco con tres verónicas con temple y mando. Con las dos rodillas en tierra inició faena por alto, siendo fuertemente ovacionado, ya fuera, citando de lejos cuatro redondos diestros buenos abrochando con el de pecho, la primera ovación de la tarde, tres naturales de olé, nueva ovación tras el forzado, su labor fue tomando vuelos, hasta que el animal perdió fuste. Fue una lástima que con la tizona pinchara en hueso al primer envite dejando posteriormente una estocada entera en buen sitio que acusó el toro. Su segundo manseó desde el principio, doliéndose en banderillas; por eso toda la labor fue siempre a media altura pero también el morlaco punteó defendiéndose con su arisca embestida. Lo mató de un pinchazo al salirse de la vertical y de una estocada entera en buen sitio, muerto sin puntilla.
 Bien estuvo con el capote Juan del Álamo Poca fuerza tuvo el primer cuatreño de Juan del Álamo, que le saludó con cinco verónicas mecidas y acompasadas sumando la media de remate; algo le vio el torero que se fue a los medios para brindar al respetable; iniciando faena pegado en tablas con pases por bajo muy toreros, ya fuera, tres buenos redondos diestros atemperando la embestida del cinqueño, las acometidas del morlaco por el pitón zurdo no permitieron mayor lucimiento, la última tanda con la derecha no hacía ninguna falta. Lo despenó de una buena estocada arriba, dando con sus huesos en la arena el animal. Malas fueron las embestidas del quinto, teniendo que perderle terrenos con el trapo rojo, al querer torear al natural fue cogido y fuertemente zarandeado librándose milagrosamente de una cornada, sufrió un segundo achuchón al querer torear con la diestra ya que el correoso morlaco se revolvía en un palmo de terreno. No quedaba otra que enviarlo al otro mundo y lo hizo de una media estocada arriba y un certero descabello.
 Valiente y entregado Román Algo mejor le rodaron las cosas al valenciano Román, saludando al tercero con verónicas genuflexas premiadas con fuertes palmas. A los medios y con muleta en mano se fue a brindar al respetable, sacó al toro fuera de rayas con pases de tirón, citó de lejos con la derecha, pero el toro le da un toque de atención buscándole los tobillos, pero el torero le aguanta sin inmutarse, pese al peligro claro de su enemigo, con la otra mano le echó valor tragando quina y los naturales llegaron al tendido, siendo ovacionado, se las traía el toro, pero el valenciano estaba totalmente decidido a matarlo por derecho dejando un espadazo dando con el suelo el correoso animal. Fuerte petición de oreja que fue justamente concedida por la autoridad. Feo y manso el toro que cerró plaza, que en el tercio de varas derribó al jamelgo. El burel se refugió en los terrenos del cinco y en esos terrenos solaneros le enjaretó redondos diestros de excelente calidad a más iba la faena cuando fue cogido y lanzado por los aires, cambió de mano pero las feas embestidas de su oponente y eso que le supo aguantar con mucha decisión calando en el público, un valiente forzado gusto a los parroquianos, tras la cogida sin consecuencias, no se amilanó y el colofón fueron unas ajustadas manoletinas de infarto que fueron ovacionadas. Al pinchar en hueso y eso que se desquitó dejando una estocada entera, quizás un poquito trasera, teniendo que utilizar el verduguillo eso si certeramente. Aparecieron los blancos moqueros aunque en menor número.
Con los garapullos fueron aplaudidos; Roberto Martín “Jarocho” de la cuadrilla de Álamo, Raúl Martí y “El Sirio” de las filas de Román.
Y para mañana el llamado por la empresa “El Cartel Estrella”, mano a mano Curro Díaz y José Garrido con toros del Puerto de San Lorenzo. Que Dios reparta suerte.
Fotos: Muriel Feiner
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