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Ante unos tres cuartos de plaza, se llevó acabo la
quinta novillada de la Temporada 2016
de la Plaza de toros Arroyo, parte del certamen Descubriendo
un torero. Saltaron a la arena cuatro novillos hidalguenses de Huichapan, bien presentados y complicados,
casi todos con cierta sosería, y falta de transmisión, excepto por el tercero,
que fue un novillo muy complicado. En esta ocasión, al lidiarse un encierro de
un solo hierro, concursaron los cuatro novillos para obtener un ganador del
concurso. El novillo corrido en primer lugar, Insurgente –n. 29, 382 kg.-, fue el que se impuso. Encabezaron a
las cuadrillas los siguientes novilleros: Ángel Espinoza “Platerito”: oreja. José María Pastor: ovación en el tercio. Román Martínez: ovación en el tercio. Jorge Landeros “El Charro”: vuelta por su cuenta. Se guardó un minuto de aplausos para honrar la
memoria del ganadero La Joya, y El Grullo, don José González Dorantes. La primera novillada de un solo hierro fue de Huichapan, hierro siempre bravo y
atractivo para el aficionado. No negó su fama y presentó complicaciones a los
cuatro novilleros. Sin embargo, no fue un dechado de casta ni de bravura. Más
bien quedó por debajo de las expectativas en ese sentido, puesto que, aunque
complicados, transmitieron más bien poco. Excepto por el tercero, de peligro
latente y vistoso, y el primero, de mejor condición el resto acabaron por sosear.
Así, pues, el abreplaza fue declarado ganador de un concurso de ganaderías sui
generis. Dicho novillo, Insurgente
–n. 29, 382 kg-, tocó en suerte al zacatecano Ángel Espinoza, quien ya lleva un tiempo en esto. Platerito le encontró por momentos los
terrenos y la distancia adecuadas para provocar la embestida de un novillo
paradito y probón, bastante atento al torero. Así fue, pues, como consiguió
sacar algunos buenos derechazos que despertaron a la concurrencia. Mató de una
estocada entera desprendida y cortó una oreja. José María Pastor no pudo lucir en esta ocasión dada la nula
transmisión de Capitán –n. 27, 372 kg-.
De de salida echó la cabeza violentamente hacia arriba, pero poco a poco se
volvió más fijo y noble, aunque terriblemente soso. El hidrocálido estuvo
solvente y profesional, aunque sacó muy poquitos pases, entre los que destacó
un natural de mano muy baja. Mató con problemas y se retiró bajo leves palmas. Román Martínez se presentó ante la afición capitalina lidiando a un
muy difícil y peligroso, de nombre Artillero
–n. 1, 368 kg-. La condición tobillera y la tendencia del burel de volver
pronto y buscar los tobillos quedaron claras desde el primer tercio, cuando
arropó con fuerza a Jorge Landeros en
su turno al quite. Martínez no se amedrentó, y le salió al reto con valor y
firmeza. Hizo una lidia correcta, adecuada, a la que los momentos de riesgo
dotaron de emoción. En recompensa a su actuación recibió una fuerte ovación desde
el tercio. Jorge Landeros, anunciado como El Charro exhibió
habilidad y recursos al cubrir el segundo tercio, mismo que cubrieron todos sus
alternantes con sus respectivos novillos. En el caso de este joven zacatecano,
destacó un quiebro de rodillas con banderillas cortas, que armó la escandalera
en la plaza. Con la muleta estuvo muy dispuesto pero verde. Mató de estocada
delantera perpendicular de efectos veloces para levantar una leve petición de
oreja. Saludó en el tercio y después se dio una vuelta al ruedo por su cuenta.
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