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Con un cuarto de entrada se han lidiado toros de San Martín, de distinto juego.
Paulita, silencio en su lote
Pérez Mota, silencio tras aviso y oreja
Antonio Nazaré, silencio en su lote.Foto archivo Hoy tuvo lugar el primer festejo mayor del presente mes, con escaso público en las gradas, menos mal que el festejo apenas duró una hora cincuenta y cinco minutos, -que eso solo ya es noticia-,
Hoy parecía que estábamos en una plaza pueblerina; me explico, la autoridad marró en tres ocasiones; la primera: cambiar el tercio de varas con un solo puyazo en el toro que abrió plaza incumpliendo el reglamento; el segundo, cambiar el tercio de banderillas con solo tres palos en los lomos del burel, y por último la oreja concedida a Pérez Mota en el quinto toro, por una voltereta espeluznante tras la entrada a matar. Señor Presidente que estamos en la primera plaza del mundo.
Se lidiaron seis toros de San Martín, cuya procedencia principal es Santa Coloma aunque ahora es un popurrí de encastes. Con demasiados kilos sobre sus osamentas, bien armados, pero bajos de raza y casta, eso que el sexto derribó aparatosamente al sexto, formándose un batiburrillo hasta que se logró ponerlo en pie; el peso medio en la romana fue de 577 kilos, los seis silenciados en el arrastre.
Poco pudo hacer con su lote el aragonés “Paulita”, siendo silenciado su quehacer, el gaditano Pérez Mota, palmas en su primero y oreja de regalo en el quinto; lo mejor de la tarde a mi entender lo hizo el sevillano Antonio Nazaré, que estuvo por encima de las condiciones de sus dos oponentes.
Parado y escarbando fue el primero de la tarde para “Paulita”. En el saludo capotero tuvo que tomar el olivo ya que el morlaco apretó para los adentros. Con la franela y al inicio de faena se dobló muy bien saliéndose fuera de rayas, aceptable con la diestra mano, mejorando en la segunda tanda, por el otro pitón el burel dijo que nones y con el acero lo despachó de una estocada entera desprendida pero de gran efecto. Alto y zancudo fue el cuarto, al que nada vimos con el capote. Aceptable con la muleta por el pitón derecho, eso sí sin emoción alguna, por pitón contrario sin pena ni gloria. Mató de pinchazo que el animal escupió, cazándolo le enjaretó una estocada entera un pelín desprendida saliendo el toro herido de muerte.
Apenas fue recogido con el percal por Pérez Mota el segundo de la tarde; solvente estuvo con la pañosa por ambos pitones, sobresaliendo tres naturales de buena factura abrochados con el forzado de pecho por ello la parroquia batió palmas, tuvo una labor más que aseada con la franela. Despachó a su oponente de una estocada entera en buen sitio, aunque tuvo que hacer uso del verduguillo en dos ocasiones. Con 601 kilos contaba el quinto a más de leños por pitones. Algún detallito con la capa; tomó la muleta y algunas palmas surgieron al torear con la derecha, con la otra mano ni uno que destacar, no entiendo a que vinieron los aplausos, quizás por el desplante con cierta torería. Eso sí se volcó con el alfanje dejando una estocada fulminante, siendo impresionantemente cogido a la salida del embroque, quizás eso le valió el trofeo, como antiguamente sucedía.
Lo mejorcito de la tarde y ante sus dos toracos lo hizo Antonio Nazaré. El saludo al tercero con tres verónicas de lujo y más aún el remate con la media llegaron al público presente. Con la muleta se lo sacó fuera de rayas y nos mostró con derecha la buena muñeca con la que cuenta y la labor fue de menos a más oyendo una ovación, los tres naturales de buen trazo y el remate con una salida garbosa gustó a los aficionados. Mató de una estocada entera y arriba muriendo el animal, pero parece ser que nadie dio valor a su buen hacer. El sexto pesó nada menos que 611 kilos, un toro feo de hechuras que de entrada escarbó. Bien estuvo con el capote y mejor aún con la franela ya que los pases tanto por un pitón como por el otro tuvieron torería y eso que el animalón midió la arena con todos sus kilos, pero Nazaré estuvo muy por encima de las condiciones del morlaco, haciendo lo más destacado del festejo. Lo mató más que bien de una estocada hasta las cintas y arriba doblando el toraco, ni un pañuelo apareció en los tendidos y simplemente todo quedó en un saludo.
Solo escucharon aplausos los banderilleros Raúl Caricol y Raúl Ruiz de la cuadrilla de Pérez Mota.
Hay veces que no se entiende ciertas actitudes del público como sucedió hoy.
Parte facultativo: Pérez Mota sufre contusión costal derecha pendiente de estudio radiológico y puntazo corrido en muslo izquierdo. Pronostico leve.
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