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La sensación literaria, en estos primeros días de septiembre no ha sido otra que, TORERÍAS Y DIABLURAS, el tercer libro que ha brotado de las manos y sentidos de Jesús Soto de Paula, ni que decir tiene los ancestros de su apellido. Uno, tras leer un libro como el citado tiene derecho a sentirse rico, inmensamente rico porque alguien te ha conmovido con su saber y mejor decir, en este caso, con la verdad profunda de Jesús Soto por todo aquello que ama. Si la vida es una escuela de aprendizaje, junto a De Paula logra uno sentirme más cerca del Paraíso puesto que, un libro siempre es una fuente para saciar la sed del alma.  Portada del libro, TORERÍAS Y DIABLURAS TORERÍAS Y DIABLURAS es todo un compendio de ensayos sobre toreros que en el mundo han sido; la gracia del narrador, ante todo, estriba en que define a los personajes como si hubiera convivido con ellos. Fascina como De Paula escenifica la vida y obra de Ignacio Sánchez Mejías, Belmonte, Joselito, Antonio Bienvenida, Luís Miguel Dominguín, Pablo Picasso, Loca, Heminguay, Rafael de Paula, Antoñete, Curro Romero, el abuelo del autor, Carnicerito de Málaga...………y una larga lista de hombres que en el toreo y en el arte lo han sido todo en sus respectivas épocas.
Claridad, mesura, talento, sapiencia, orgullo de su estirpe; todo un cúmulo de sensaciones las que nos plasma De Paula en su obra para que nos sintamos auténticamente afortunados con su prosa. De casta le viene al galgo porque de un padre genial sólo podía salir un genio, en este caso para plasmar sobre blancas hojas de papel las sensaciones de su alma. Lo advierto, no es un libro al uso; es un libro conmovedor porque entre sus páginas se teje la sabiduría de alguien que ha leído mucho, el que se ha documentado como nadie para explicar sensaciones del alma de todos los personajes a los que define. Ante tal maravilla, era normal que un personaje de leyenda como Curro Romero, haya tenido la gentileza de prologar tan magna obra. Palabras escuetas las de Curro Romero, pero con la solvencia y bien hacer de alguien que, en el toreo, coetáneo de Paula, ha sido grande entre los grandes; yo diría que, artista entre los artistas.  El autor flanqueado por Curro Romero y Rafael de Paula TORERÍAS Y DIABLURAS es todo un recreo para el espíritu; es un libro para todos. Ante el aficionado para que se deleite con dichas narraciones impregnadas de sabiduría y encanto y, respecto a los profanos en materia, para que comprendan que, de la tauromaquia se puede hacer una gran literatura, Jesús Soto de Paula es un ejemplo de lo que digo. ¡Qué bellas son las letras cuando se juntan con ese primor que este autor ha logrado! Si Bergamín se emocionó con Rafael de Paula, ahora, con su hijo hubiera sentido lo mismo.
Le sale la vena, el embrujo, el cante por soleares a este autor andaluz que, hijo y nieto de artistas, ha sabido plasmar en un libro todo aquello que su corazón siente; pero lo ha definido con auténtico embeleso, con una narración al más alto nivel. Las sensaciones que De Paula nos ha trasmitido son dignas de encomio hacia su bendito ser. Nadie quedará indiferente ante esta obra que, escrita con el corazón y mecida por los ancestros de su alma, seguro estoy que conmocionará a propios y extraños. Como decía, el aficionado quedará ahíto de placer ante lo que De Paula nos muestra; tras leer dicho libro, como decía, cualquiera tiene derecho a sentirse más cerca de todos los personajes que escenifica su autor que, como contaba, tenemos la sensación de que De Paula ha convivido con ellos; que lo ha hecho con algunos, caso de su señor padre, Curro Romero, Antoñete……y muy pocos más. Pero de todos, Jesús Soto ha extraído lo más importante de sus carreras taurinas y personales para dejar un grato sabor de boca a todo aficionado. En calidad de aficionado no me queda otra opción que tirarle mi sombrero a sus pies en señal de gratitud. Jesús Soto de Paula, por derecho propio, ya no necesita ser el “hijo” de Paula; su propio ser, su personalidad, yo diría que ha arrollado hasta su propio padre. Tras todo lo que este hombre ha narrado, a partir de ahora, con toda seguridad, cualquiera tendrá derecho en exclamar. ¡Qué bien toreaba el padre de Jesús Soto de Paula! Fotos: ABC.com
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