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Con menos de un cuarto de entrada se han lidiado novillos de El Montecillo, de distinto juego.
Javier Castro, silencio y silencio tras aviso
Miguel Ángel León, ovación tras aviso en ambos
Mario Sotos, silencio en su lote. Foto archivo
Para los cabales aficionados, creo que si tenía interés, ya que se lidiaba una novillada de “El Montecillo”, origen Domecq y Díaz, de los campos de Orgaz (Toledo), propiedad de Paco Medina, que casi siempre es garantía.
Hoy debutaba un mexicano nacido en Aguascalientes, Javier Castro, el sevillano nacido en Gerena, Miguel Ángel León, completando la terna el conquense Mario Sotos.
De los utreros hay que destacar, los lidiados en segundo lugar y el cuarto que fueron aplaudidos en el arrastre, los otros cuatro silenciados camino del desolladero; bien presentados, con un discreto armamento y de distintas capas, incluso de bonitas láminas; el peso medio en la romana fue de 484 kilos.
El hidrocálido Javier Castro, estuvo asentado ante sus dos oponentes, muy fino y variado con el percal especialmente en los quites, con la pañosa toreó siempre con la muleta retrasada como es costumbre en los manitos; quedó inédito en el novillo que abrió plaza, eso sí se enfrontiló entrando por derecho con la espada dejando una estocada mortal que fue más que suficiente. Al mansurrón cuarto lo saludó con las manos bajas y acompasadas, también nos demostró que sabe torear aunque con el defecto ya mencionado, muleta retrasada, aunque los pases por ambos pitones tuvieron buen tono, nuevamente bien con el estoque dejando una entera algo desprendida, aunque en el embroque perdió el engaño; mira por donde el utrero hizo muerte de bravo. Con más festejos puede funcionar.
El mejor parado de la tarde fue el sevillano Miguel Ángel León. A la puerta de los sustos se fue a recibir a su primer oponente y lastimosamente el utrero se le frenó y el lance quedó sin completar, ya con la muleta y en los medios una tanda corta pero buena con la diestra en ese mismo tono fueron los zurdos naturales rematando con un forzado; que pena que al final estropeara todo por alargar su quehacer con los aceros, siendo certero con el estoque de cruceta. En el quinto fue ovacionado al torear con el percal, como también sucedió con la muleta al inicio de faena en las afueras y de hinojos los derechazos, bien los naturales yendo a más tras rematar con un forzado barriendo los lomos, tras un circular invertido se puso encimista, cosa que poco gusta en Madrid. Despachó al novillo de media y dos golpes de descabello. Tanto en su primero como en el quinto saludó desde las rayas.
Genuflexo saludó con el capote al tercero del festejo Mario Sotos, siendo aplaudido. Ya con el trapo rojo ayudados por alto ganándole terreno y con la diestra mano dos redondos de olé, tras el cambio de mano para el forzado de remate fue fuertemente aplaudido, fue a más por el pitón izquierdo, pero siempre con la muleta retrasada, más pudo hacer con ese novillo, limitándose a despacharlo de una estocada entera arriba de efecto. El sexto era un casi toro que siempre calamocheó y esperó en banderillas. No estuvo mal con la franela por ambos pitones, pero apenas llegó a los presentes. A la hora de matar falló pinchando en varias ocasiones hasta que consiguió una estocada entera en lo alto, doblando el animal, escuchó palmitas.
Así actuaron las cuadrillas: Aplaudido el picador Manuel José Bernal de la cuadrilla de Javier Castro y también Agustín Moreno de las filas de Mario Sotos. Con los garapullos aplaudidos: Antonio Manuel Punta a las órdenes de Miguel Ángel León. De la cuadrilla de Mario Sotos palmas para Ismael Mora y Víctor Manuel Martínez.
Un festejo menor más que sumar.
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