El infortunio de cruzó en el camino de la reaparición de Roca Rey en Palencia. Tarde de escaso contenido.
El encierro inicialmente anunciado de Garcigrande-Domingo Hernández fue sustituído por uno de Charro de LLen.
Bien presentado pero descastado y derrochando mansedumbre, solamente pura fachada.
Sin celo el distraido el primero. Manejable y con duración el segundo. De dulce embestida el tercero. Tuvo recorrido el cuarto. Descompuesto y con genio el quinto. Falto de fuelle y de clase el que cerraba plaza.
Encajado toreó a la verónica El Juli en el primero, tras un caos en la lidia, habiendo derribado al picador que hizo puerta, llegó a la muleta muy distraído. Sin celo, saliendo con la cara hacia los tendidos, al acabar cada muletazo. Voluntarioso El Juli sin opciones decidió abreviar, mal con la espada.
Cadencioso recibo a pies juntos de López Simón al segundo. Brillante lidia de Vicente Osuna, eficaces Domingo Siro y Jesús Arruga se desmonterarían. Faena sin asiento del torero de Barajas, nervioso y desconfiado dentro de un conjunto con altibajos, con un toro manejable y con duración. Se perfiló muy largo dejando una estocada entera y tendida en el segundo envite.
Con cambiados por la espalda en el centro del platillo principió la faena Roca Rey en el tercero. Un toro protestado, pues dobló las manos en los primeros tercios, de dulce embestida, a las primeras de cambio al rematar una tanda sobre la diestra sufrió una espeluznante voltereta, de la que salió conmocionado, impidiéndole continuar la lidia. Tras unos minutos de desconcierto e incertidumbre El Juli se hizo cargo del asunto, acabando con el toro.
Lo llevó en el incio de faena El Juli al cuarto, templado y ligado sobre la diestra, aprovechando que el animal descolgaba por ese pitón. No se acopló el madrileño en el toreo al natural sucediéndose algunos enganchones. Abrochó la faena con unas luquecinas. Desastroso con los aceros.
Con cuajo y arremangado de pitones el quinto, que hizo mala pelea en el caballo, queríendose quitar el palo. Desordenada resultó la lidia en banderillas. Con genio y descompuesto llegó al último tercio. Tan voluntarioso López Simón como mecánico y amontonada resultó su faena. Mató con habilidad a paso de banderilla dejando una estocada entera tendida y caída.
Alto de agujas el que cerraba plaza. Se le coló desde el inicio por el izquierdo. Con excesiva gestualidad López Simón se dirigió al presidente y público para indicar que el toro tenía defecto en la visión. Faena porfiona sin brillo mal rematada con los aceros.