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Con un casi lleno en los tendidos en tarde calurosa se han lidiado toros de Castillejo de Huebra (1º y 4) para rejones, Albarreal (2º y 3º) y de Montalvo (5º y 6º) para lidia a pie, de aceptable presencia pero faltos de raza, a excepción de los que llevaban la divisa azul y amarilla de Montalvo.
Leonardo Hernández, silencio y dos orejas
Enrique Ponce, oreja y dos orejas
Sebastián Castella, oreja en ambos.
 La terna a hombros Volver a un lugar como Tomelloso es siempre un placer: gente llana, sencilla, que acuden en masa a su plaza de toros y viven con intensidad su feria en honor a la Virgen de las Viñas. Tomelloso se ha convertido en un lugar clave en la provincia más taurina en el que la gente responde y acuden a los festejos con ganas de pasarlo bien y disfrutar, y si además, se anuncia un cartel como el que “lucía” esta tarde en la localidad vinatera, con tres figuras y en domingo el aliciente es mucho mayor. La nota negativa de la corrida la pusieron los toros, que hicieron que la corrida a pesar del corte de las orejas, un total de siete, resultara un tanto descafeinada.
 Leonardo en banderillas Abrió plaza Leonardo Hernández con un toro nada colaborador, intento llegar con los caballos y ejecutar las suertes como mandan los cánones del rejoneo actual pero el toro nunca estuvo con él. Mayor fortuna tuvo en el cuarto en el que consiguió poner al público en pie destacando a lomos de unos de sus caballos estrella Sol y Xarope dando auténticos muletazos con sus monturas en la cara del astado cuajando una rotunda faena , con las cortas termino de enloquecer. Tras pinchazo y rejón entero caído paseo las dos orejas.
 Ponce con la diestra Enrique Ponce se puso el traje de faena toda la tarde intentando contentar público, a pesar de que su primero un toro soso y sin transmisión con el que a base de tesón y no aburrirse con el consiguió sacarle lo poco que llevaba dentro. Tras pinchazo y estocada cortó una cariñosa oreja.
Con el quinto de la tarde destaco el comienzo rodilla genuflexa y en series en las que predomino siempre la estética. No resulto una de sus grandes faenas, marca de la casa, pero si volvió a confirmar la gran afición de quien lo tiene todo ya en el toreo, pero sigue disfrutando como el primer día, tarde a tarde.
 Castella en redondo Sebastián Castella se justificó con un toro con muy poca clase al que cortó una oreja, lo mejor fue el comienzo de faena en tablas en un palmo de terreno sin moverse el francés, lo demás tuvo poco contenido primando más la cantidad que la calidad.
A el que cerraba el festejo lo meció con verónicas largas, templadas para pasar después a la faena de muleta en la que destacaron buenas series al natural y las cercanías del final. Tardo en doblar el toro y eso, hizo que el público se enfriara cortando una oreja.
Fotos: Ismael Buitrago
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