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Con un cuarto de entrada se han lidiado toros de Antonio Bañuelos, bien presentados y de buen juego en conjunto. El mayoral saludó al término del festejo.
David Galván, ovación tras aviso y aplausos tras aviso
Emilio Huertas, que confirmó alternativa, ovación tras aviso y vuelta
Javier Jiménez, oreja y oreja. Feliz el sevillano tras su salida en hombros. Foto: las-ventas Éxitos y decepciones en la tarde de hoy. Éxito ganadero y para dos de los alternantes; decepciones, una del toricantano al negarle la autoridad un merecidísimo trofeo en el quinto toro del festejo y la poca o nula sensibilidad de D. Julio Martínez al no atender la mayoritaria petición de oreja para Emilio Huertas, hurtándole un meritorio triunfo, por ello la autoridad recibió una gran bronca.
Larga fue la tarde ya que el festejo sobrepaso las dos horas y media, pero cuando hay toros y hay toreros en el ruedo, el tiempo no importa. Porque si queridos lectores, cuando sale por la puerta de chiqueros el puntal principal de esta fiesta, que es el toro, y hay tres toreros dispuestos a triunfar la que triunfa es la fiesta.
Los toros llamados del frio ya que pastan en los páramos de Burgos; propiedad de D. Antonio Bañuelos y de procedencia Marqués de Domecq, dieron una alta nota, solo el lidiado en cuarto lugar fue el garbanzo negro. Fueron ovacionados en el arrastre, el primero, el tercero y el sexto, escucharon palmas camino del desolladero el segundo y quinto. Encierro muy bien presentado, con pitones, rematados de culata, eso sí cinqueños y que cumplieron ante las cabalgaduras, el peso medio en la romana fue de 521 kilos. Al final del festejo el mayoral saludó desde la puerta de toriles.
Hoy confirmaba alternativa el manchego Emilio Huertas, que saludó desde rayas en el toro de su confirmación y que dio la vuelta al anillo en su segundo y que bien se mereció una oreja, que se la negó el “Señor Presidente”. Muy bien estuvo con el percal al saludar a su primero, también estuvo al inicio de faena con la franela; toreó con gusto y muy bien por el pitón diestro, rematando con un forzado torero, ovación al canto para el de Santa Cruz de Mudela, tres naturales de excelente factura, nuevamente ovacionado, -lo que no logro entender-, esa nueva moda de descalzarse, “creo que es una mala costumbre”. Mató a su enemigo de un pinchazo hondo y una estocada entera en todo lo alto, tardó en caer y eso enfrió a los parroquianos. Recibió palmas y saludó desde rayas. En su segundo, quinto de la corrida, estuvo de principio a fin por encima de su oponente y su quehacer fue de menos a más, francamente con el trapo rojo le vimos muy asentado y solvente por ambos pitones, largos y cadenciosos los naturales, muy buen son los redondos diestros, en más de una ocasión fue fuertemente ovacionado. Con el alfanje, un pinchazo y una estocada entera mortal de necesidad. La gran mayoría del público presente sacaron el albo pañuelo pidiendo el trofeo que se merecía, pero la caprichosa autoridad se la negó y todo quedó en una muy aplaudida vuelta al anillo. Bronca monumental para D. Julio y con razón.
El Padrino nacido en San Fernando (Cádiz), David Galván, estuvo muy solvente en su primero, un cinqueño que terminó aplomándose; lo saludó con cuatro verónicas acompasadas y de manos bajas que fueron muy aplaudidas. Buen inicio con la franela ganándole terreno, ya en las afueras, citó de lejos con la diestra, al segundo envite se le coló feamente teniendo que cambiar de pitón con esa mano y al intentar torear al natural perdió el engaño, consiguió dos redondos diestros de dibujo sumando otros tres de buen son y tono. Con la toledana de primeras pinchó al salirse de la suerte, pero en el segundo intento cobró una estocada entera que acusó el animal. Saludos desde el tercio. De buenas hechuras fue el cuarto pero manso, el garbanzo negro del encierro. Nos dio un susto al recibir un fuerte golpe en el saludo capotero. Ya con la muleta en ningún momento supo acoplarse con las embestidas de su oponente, que al final el cinqueño se entableró y no le dio ninguna opción al torero, valientemente arriesgó mucho el gaditano y le costó un mundo para cuadrarlo y darle muerte, eso sí acertó a la primera con el verduguillo. Por su esfuerzo ante el marrajo escucho palmas desde los tendidos.
El triunfador de la tarde fue el de Espartinas (Sevilla), Javier Jiménez que cortó dos orejas, una en cada toro, abriendo así por primera vez la Puerta Grande del coso venteño. Ya nos dio un aviso en el tercero del festejo. Inició labor con pases por alto sin moverse, fuera de rayas muy bien con la derecha, como también con zocata, todos los pases por cada pitón de excelente factura, por ello varias veces fue ovacionado; terminó labor con pases de trinchera y trincherillas. Despenó a su oponente de una estocada entera algo trasera del que el bóvido salió muerto. Pañuelos al viento y en esta ocasión la autoridad si sacó el suyo y la primera oreja para Jiménez. El toro que cerró festejo también fue de los mejores y en esta ocasión Javier demostró cuánto ha crecido en esta tan difícil profesión. Bien con el percal y mejor aún con la muleta. De inicio, estatuarios, trincherazos y trincherillas; con la diestra muletazos coreados con los clásicos olés, a más por ese pitón, sumó más olés toreando con la zurda, muy bueno el epílogo con doblones torerísimo. Con la espada despachó a su oponente de una casi entera en su sitio yéndose tras la espada y otra oreja a sus manos. La Puerta de la Gloria para el andaluz.
Hoy también pudimos disfrutar de las cuadrillas. Aplaudido con la vara el picador Juan José Esquivel de la cuadrilla de Galván. Saludaron montera en mano los banderilleros José Otero y Pascual Mellinas y muy aplaudido Javier Esperanza los tres a las órdenes de Huertas; también escucho palmas “Lipi” de las filas de Jiménez.
Creo que hoy todos salimos más que satisfecho del festejo.
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