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Con menos de media entrada se han lidiado toros de Manuel Lupi para rejones y de Torrealba para lidia a pie, correctos de presencia nobles pero desrazados.
Manuel Manzanares, silencio tras aviso y oreja
Manuel Díaz 'El Cordobés', oreja y oreja
El Fandi. oreja y dos orejas.
Hizo de sobresaliente Álvaro de la Calle
Foto archivo Si las orejas son goles, a tenor del abultado marcador, pensaríamos que hemos asistido a un gran espectáculo.
Nada que reprochar a los tres actuantes en cuanto a ganas de agradar a una festiva parroquia, sin embargo el toreo brilló por su ausencia esta tarde en Iscar. Tarde vulgar.
Los toros de Hnos. Revesado, Torrealba, resultaron nobles y manejables, pero se vinieron abajo en el último tercio, casi todos se rajaron y algunos justos de fuerza.
El rejoneador Manuel Manzanares tuvo una aceptable actuación, destacando en su primero un toro colaborador que siguió las cabalgaduras. Tras un rejón de castigo en lo alto, acertó en las banderillas al quiebro y con las cortas, marró con el rejón de muerte. En el cuarto, entonado en una labor de muchos tiempos muertos, acabó descordando al toro a la hora de matar.
Técnico y templado El Cordobés con el segundo, un toro noble que embistió con fijeza y prontitud pero muy justo de fuerzas. Hubo relajo en la muleta del rubio torero firmando algunos pasajes estimables por la diestra, los de más calidad de la tarde. En el epílogo dio paso a la rana. Marró con los aceros.
Con una larga cambiada de rodillas en terrenos de tablas recibió El Fandi al tercero, un animal, al que banderilleó con facilidad, basto de hechuras que no humilló siempre con la cara a media altura. Faena con la muleta puesta siempre en la cara a un toro rajado que no descolgó. Sobraron enganchones y le faltó relieve al conjunto. Infame el bajonazo.
El quinto pareció tener problemas en la vista, no se confió El Cordobés con el capote, protagonizando una faena tesonera y sin apreturas.
Faena variada del Fandi al que cerraba plaza y feria, un toro que llegó mermado a la muleta, mal picado y se dio un tremendo golpe contra las tablas. Tan vulgar como voluntarioso en faena de largo metraje culminada con una estocada muy trasera.
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