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Dudosa la corrida de Jandilla, aunque les cortaran una oreja al segundo y al tercero. Fueron toros de esos con los que las figuras se arreglan muy bien. No obstante, hay que destacar que la faena de Talavante al segundo no tuvo pero. En una baldosa, desarrolló un temple de los que hace tiempo que no se ven. Gran capacidad torera la del extremeño. Tras la actuación se espera con entusiasmo al quinto de la tarde y como en toda casa debe haber un garbanzo negro, éste resultó ser un toro bravo que se venían al toque, con recorrido y fijeza. Antes había metido la cara en el capote, empujado en el peto y perseguido en banderillas. Gran toro. Lo pinchó Talavante y perdió lo que quizás fuera una faena de dos orejas. Pero eso ya es jugar a lo que pudo haber sido y no fue.
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