Foto archivo
Tarde de poco interés hoy en el coso del Plantío, el deslucido juego de los murubes salmantinos de Capea, con dos de sus hierros, dio al traste con la tarde. Tan nobles como faltos de raza. Corrida frágil de cristal. La gente más pendiente en los tendidos de la merienda y de consultar en los móviles las encuentas de voto en jornada de elecciones.
Justo de motor y flojo el noble primero. Frágil segundo. Bravo y codicioso el tercero. Rebrincado por la falta de fuerza el cuarto. Con la cara arriba el quinto. Buen pitón izquierdo tuvo el que cerraba plaza.
De dulce embestida el primero pero tan justo de fortaleza que Ponce no le pudo apretar en ningún momento. Templado y a media altura el valenciano sacó la poca agua que traía un pozo prácticamente seco. En un conjunto tan pulcro como ausente de emoción. Estocada trasera y caída.
Sin opciones El Juli con el segundo un toro de mortecinas embestidas que claudicaba en cada tanda.
A manos de López Simón fue a parar el toro de mejor nota del encierro. "Botinero" tuvo prontitud y franqueza en su boyante embestida. Vibrante inicio de faena de Simón en los medios de rodillas ligó una tanda por el derecho en redondo. Enfibrado y sin tregua el de Barajas, en una labor que llegó al tendido pero resultó acelerada, crispada, eléctrico Simón que no se relajó en ningún momento, con un toro de buena condición. Contudente espazado, sin embargo marró con la cruceta.
Empujó con fijeza en el peto el cuarto, al que tapó la salida Manuel Quinta. Rebrindaco y claudicante por su falta de fortaleza llegó al último tercio. Ponce solamente pudo mostrar su voluntad. Pinchó antes de dejar una estocada entera con habilidad.
En la larga distancia citó El Juli al quinto, un toro que llevó la cara arriba. Acelerado, no se encontró a gusto el madrileño, ante la deslucida condición del animal. Dejó una estocada muy defectuosa.
Se metió ya en los capotes el sexto por el pitón derecho. Eficaz lidia la de Vicente Osuna que lo llevó largo y por abajo en varios capotazos. López Simón no se confió, más pendiente de las indicaciones de Julián Guerra desde el callejón, siempre por fuera sin aprovechar la boyantía del pitón izquierdo que descolgó, repitidiendo por el izquierdo. Sin fortuna con la tizona.