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Con más de media entrada se han lidiado novillos de Alcurrucén, el 3º premiado con vuelta al ruedo.
Amor Rodríguez, silencio y dos orejas
Luis David Adame, dos orejas y silencio.Los novilleros a hombros junto al mayoral. Foto: Prensa Adame El cartel de novilleros de hoy había creado una gran expectación, a pesar de que había fútbol, jugaba la selección española contra Croacia. Muchos aficionados de Madrid, se acercaron a la localidad de Torrejón de Ardoz, para ver la reaparición del mexicano Luis David Adame.
El joven espada Luis David Adame, hermano de Joselito Adame, había dejado una muy buena presentación en Madrid, a pesar de que únicamente pudo matar un novillo de El Montecillo, al resultar cogido. Lo que le impidió torear los otros tres animales, que tenia, a lo largo de los dos días que estaba anunciado. Hoy en su reaparición no ha decepcionado y ha estado a la expectativa creada.
Con su primero, el segundo de la tarde. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio, a un novillo que salió con muchísima fuerza, impactando con mucho ímpetu contra uno de los burladeros. En los primeros tercios, la res no era del todo clara, un poco abanta en su condición. En el quite que le propinó por chicuelinas, la res se le coló en una ocasión por el pitón derecho. Ya en el último tercio, la res rompió a mejor, embistiendo con bastante calidad y nobleza, aunque si bien es cierto, que le faltó un poco mas de raza y acometividad a la hora de embestir a los engaños. Luis David estuvo muy templado, corriéndole muy bien la mano. No le podía terminar de bajar la mano, ya que si no la res se venía abajo pronto. Me gustaron bastante, varios remates de series por bajo y algunos templadísimos cambiados de muleta de mano por delante. También estuvo bien planteando la faena, dándole muy bien los tiempos entre serie y serie. Acabó con cuatro bernadinas ajustados y unos pases por alto con la rodilla flexionada. Lo mató de una estocada casi entera un poco desprendida.
Ante el cuarto de la tarde, un animal en el que el espada mexicano acusó el no picarlo un poco más. La res llego al último tercio embistiendo con un poco mas de raza y acometividad, en ocasiones un poco descompuesto, tirando la cara alta y quedándose corto en su recorrido. Exigía mucho mayor dominio y mando, Luis David no supo dárselo, estuvo un poco más acelerado y dejándose enganchar la franela. Lo que más me gustó en este cuarto novillo de la tarde, fue un quite que no veíamos desde que lo realizara José Miguel Arroyo “Joselito”, por trigolinas dándole tres capotes muy vistosos, que llegaron mucho a los aficionados. No estuvo acertado en alargar tanto la faena, ya que la res se le complicó para entrarle a matar.
Abría cartel, el novillero local Amor Rodríguez, que ya hizo el paseíllo en esta misma plaza el año pasado. Con su primero un animal que embestía pero sin terminar de romper del todo. Tenía un gran pitón izquierdo, pero no se le podía obligar nunca, ya que no estaba muy sobrado de casta y raza. El joven espada estuvo intentando agradar, dio algún muletazo aislado con templanza, pero faltó mucha más continuidad y ligazón. Aparte la faena no terminó de tener calado en los tendidos, por la poca transmisión del novillo que tenía delante. Con los aceros, no terminó de estar acertado.
Con el tercero de la tarde, lo recibió con dos faroles de rodillas en el tercio, esto lo ligó con unas verónicas dignas y templadas ganando terreno a los medios y rematándolo con una media de rodillas. Brindo la faena de muleta, a su hermano, el matador de toros Rafael de Julia. Este novillo tuvo un poco mas racita y casta, que su primer oponente, sobre todo destacar el gran pitón izquierdo que tenia. En este animal Amor Rodríguez demostró algo más, me gustaron los muletazos que le propinó en las dos series al natural. Pero faltó que se rompiera un poco más y le sometiera más por bajo. Lo mató de una estocada casi entera desprendida de colocación. Se le premió con las dos orejas, tirando un poco por el paisanaje.
Este tercer novillo, fue premiado con la vuelta al ruedo, de manera un poco excesiva. Lo que no podemos negar es que tuvo cierta casta y raza, en el último tercio. Pero en el tercio de varas, no realizó un juego a destacar, tomando solo un puyazo y en el picador que hacía puerta. También apuntar, como en las últimas series de la faena, la res se comenzó a agarrar un pelín más al piso, viniéndose un pelín a menos.
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