Más de tres cuartos de plaza. 7 toros de Palha, desiguales de presencia. De comportamiento por regla general hubo toros interés, que dieron buen juego en varas. En la muleta hubo comportamiento bastante variados.

Sánchez Vara: vuelta ruedo, silencio y oreja en el de regalo

Luis González: ovación y oreja

Javier Herrero: vuelta ruedo y silencio.

Plaza de toros de El tiemblo

Después de un mes de toros entero en Madrid, nos damos cuenta que existen diferentes tipo de realidades del espectáculo, todas ellas necesarias. Para nada podemos intentar ir a una plaza de un pueblo, esperando ver lo que vemos en Madrid, ni viceversa. Y un buen aficionado, debe saber ver todos en estos diferentes escenarios, sin olvidar que siempre debemos de exigir unos mínimos que deben de tener todas las tardes.

Ya viene siendo habitual, en mi tradicional calendario de temporada, acudir a la localidad abulense de El Tiemblo. La primera estación de la conocida etapa de plazas del “Valle del Terror”, por el toro que se lidia y las ganaderías que se anuncian. Hoy había muchos aficionados habituales de Las Ventas, en el coso abulense, atraídos en su mayoría por el hierro portugués de Palha.

Si bien aunque en presentación, los toros decepcionaron un poco, excesivamente terciados y muchos de ellos escobillados de pitones provocado a que se lidian según se sacan del cajón del camión. En comportamiento hubo toros encastados y en bastantes de ellos hubo animales de interés. Los mas toreable, que incluso no parecían de Palha fueron los dos primeros, bastante en la línea de Torrealta. Después el quinto y sexto, empujaron y cumpliendo en el tercio de varas y llegaron con casta y raza al último tercio.

Abría cartel el alcarreño Sánchez Vara. Muchos todavía hoy en el coso, recordaban su tarde en Madrid, con la corrida de Saltillo. Con su primer oponente de hoy, un animal que no se lo esperaba en este hierro. Un toro que con los palitroques, puso en serios aprietos al espada, ya que le realizó mucho hilo a tablas. En el último tercio, llegó con mucha calidad y bondad, sobre todo por el pitón derecho, es verdad que a los aficionados nos faltó un poco mas de casta y raza por parte del animal. El espada no lo aprovechó en ningún momento, sin ceñírselo en ningún momento y colocado siempre muy al hilo del pitón sin cruzarse, la res se merecía estar mucho mejor.

Con el cuarto, no lo recibió más con unos lances a la verónica ganando terreno a los medios. Este un animal al que le dejaron dos veces frente a los del castoreño, en la segunda de ellas poniéndolo de largo siendo el toro bastante remiso al arrancarse. Después en banderillas, a la res le propinaron muchísimo capotazos, para poner el toro en suerte para el salto de la garrocha, a pesar de que la res estaba muy reticente. Provocado por el intenso castigo en varas y los muchos capotazos que le propinaron, al último tercio llegó con muy poco dentro y Sánchez Vara no pudo realizar más, que retirarse a por los aceros.
Al ver que el torero de la casa del ganadero, no había sido capaz de cortar ningún trofeo en sus dos oponente, el señor Joao Folque decidió regalarle el sobrero. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Le dejaron dos varas, en la segunda de ellas poniéndolo de largo. En la primera vara el toro derribó al picador del equino y en la segunda se arrancó con mucha fuerza. En la muleta, no comenzó mal bregando bien con él por bajo, con lances a una mano, sacándose a los medios del coso. Las primeras series, la res iba y venía repitiendo en los engaños, pero sin romper del todo. Sánchez Vara en estos primeros compases, se limitó a llevarlo a media altura, dejándose enganchar mucho la franela, lo que violentaba la condición del animal, le falto muchó mas dominio y mando. Luego provocado a que la res no recibía lo que pedía, se comenzó a venir a menos, con el espada dándole pases por alto de cara a la galería y intentando meter a la gente en su actuación. Lo mató de una media estocada trasera y atravesada de colocación.

El segundo de la terna, era el abulense Luis González. Con su primero, fue otro animal al que le dejaron dos puyazos. Llegó al último tercio, con una gran calidad y bondad, prestándose con ciertas opciones para el lucimiento. A pesar de las muchas veces, que enganchó la muleta al espada, siguió manteniendo la misma condición. Luis para mí, no terminó de entenderlo, dejándose tocar la franela, sin llevarlo nunca toreado ni sometido por bajo. Para mí lo mejor de este toro, fueron los pares de banderillas, que dejaron tanto Fernando Sánchez como Iván García. A pesar de no realizar mucho de interés, hubo una leve petición de paisanaje, que el presidente hizo bien en no atender.

Con el quinto de la tarde, le dejaron un primer puyazo muy intento, sin venir a cuento, junto con otro bastante bajo de colocación. A pesar de lo mal que le hicieron las cosas en este tercio de varas, en la muleta siguió embistiendo con casta y raza, un poco mejor por el pitón derecho, a pesar de que reponía bastante pronto. En este toro se volvió a ver, lo poco rodado que está este torero abulense, sin acoplarse nunca a la condición del animal. Sin ningún tipo de dominio, ni mando, incluido de perderle varios pasos después de cada lance, sin quedarse nunca quieto. Lo único que me gustó un poco más, fue una serie potable, a mitad de la faena con la mano izquierda, en la que hubo algunos lances aislados de interés. Se le concedió un apéndice, sin terminar de venir para nada a cuento.

Cerraba la terna, el segoviano Javier Herrero. Ante el tercero de la tarde, animal que a pesar de que al inicio daba algún síntoma de no estar sobrado de fuerzas, le dejó un puyazo muy fuerte. Ya con la muleta en mano, por el pitón derecho la res iba y venía, pero sin romper nunca del todo. Por este lado Javier se limitó a llevarlo a media altura, sin bajarle nunca la mano y colocado al hilo del pitón. Por el pitón izquierdo, la res se quedaba un poco corto en su recorrido, por aquí Herrero estuvo un poco más asentado pero tampoco terminó de tener redondez.

El sexto emocionó mucho en el tercio de varas, le pusieron en tres encuentros, los dos últimos prácticamente desde los medios del coso con el toro arrancándose con fuerza y galopando. El picador Israel de Pedro, no lo hizo mal y se le propinó una ovación. A pesar de la gran pelea que realizó en el tercio de varas, continuó embistiendo con codicia y acometividad en el último tercio, teniendo incluso una muerte bastante encastada. A Javier hay que alabarle que nos dejara ver el toro en varas, pero en la muleta no lo aprovechó en ningún momento. No le pudo ni le dominó en ningún momento, llegando en ocasiones a estar a merced de la res.

En definitiva, bastantes toros de interés, que los espadas para mí en su mayoría no terminó de entenderlos.