|
Tarde excepcional en lo climatológico, la presencia del considerado como “Rey del rejoneo” el navarro Pablo Hermoso de Mendoza y la vuelta del extremeño Leonardo Hernández que en su primera tarde salió por la puerta grande después de cortar cuatro orejas. El lleno de no hay billetes, con estos alicientes estaba garantizado. Es verdad que el público que asiste a los festejos de rejones, en muchas ocasiones, no es el mismo que el que va a las corridas de toros, un espectador más alegre y entusiasta con los toreros. Pero debo de reconocer que este tipo de espectáculos es totalmente necesario y yo no comulgo con esa gente muy aficionado a las corridas de toros, pero que no puede ni ver un festejo del arte del rejoneo.
Como ya he comentado en el párrafo anterior, el público de rejones es más ameno y va más a pasar una buena tarde. No mira tanto los matices, a la hora de pedir los apéndices. No miran tanto como han caído los rejones de muerte, las pasadas en falso y si las banderillas han sido clavadas más a la grupa que al estribo. Aparte valoran bastante, lo que yo denomino como toreo accesorio, donde los rejoneadores se lucen elevando a los equinos de manos y realizando gestos a los espectadores, todo ello muy lejos de la cara de la res que es lo que realmente tiene mérito.
El triunfador de la tarde fue otra vez el extremeño Leonardo Hernández, que hoy ha conseguido su segunda puerta grande de esta Feria de San Isidro. Esta segunda de muchísimo menor mérito, que la primera. Ha estado digno, acudiendo de frente al animal, en varias de las banderillas clavadas. Pero para mí ninguna de sus dos actuaciones, se terminó de redondear del todo, faltó un poco más de exposición y no abusar de dejar algunas banderillas a toro pasado. A su primero lo mató de un rejón caído de colocación y en su segundo no estuvo acertado con ese rejón de muerte. El público asistente a pesar de ello, le quiso premiar con una apéndice en cada una.
Lea Vicens cortó una oreja del sexto pero pudo cortarla en el de la confirmación Lea Vicens, ante su toro de la confirmación se llevó el mejor toro de la tarde. Estuvo muy digna, clavando de frente, dejándoselo llegar muy de largo. Estuvo digna clavando en lo alto, lo que sí es verdad, es que se aliviaba un pelín a la hora de dejar los palitroques. El rejón de muerte no terminó de caer en lo alto. Hubo petición de apéndice, que el presidente de manera poco comprensible no decidió dar, cuando esta para mí fue mejor faena que algunas de las realizadas por Leonardo. Ante el sexto dio la cara, en una faena ante un toro que desde el inicio dio síntomas de mucha mansedumbre y Lea quiso dar la cara exponiendo. Labor que no resultó lucida, pero para mí sí de mucho mérito. Destacar la actitud de la rejoneadora francesa, que el público se lo premió con un apéndice en el sexto.
Completaba el cartel el navarro Pablo Hermoso de Mendoza, que como todas las tardes que hace el paseíllo en Madrid, deja muy buenos detalles para los aficionados. Yo ya no me fijo tanto en como deja las banderillas y donde las coloca. Me fijo mucho más, como torea a caballo, como se deja llegar los pitones a la grupa de los equinos. No todo en este mundo del arte del toreo a caballo, consiste en dejar banderillas, este espectáculo es mucho más extenso. Con el rejón de muerte hoy no estuvo acertado, lo que le privó de conseguir un resultado mejor.
|
|