Ficha del Festejo

¿Alguien se durmió, bostezó o se aburrió en la tarde de hoy?, creo que nadie, primero por el comportamiento de los toros de Adolfo Martín y luego por la actuación de la terna, que puso todos sus conocimientos, sus técnicas y valor al servicio de los pupilos del ganadero madrileño Adolfo Martín.

Rafaelillo se desplanta tocando un pitón al de Adolfo

Según se suele decir, en el día de ayer dio comienzo la semana torista de la Feria y hoy no era para menos, regresaban a Las Ventas, los Adolfos y con ellos dos toreros especialistas en este encaste como son: el murciano “Rafaelillo” que fue el héroe de la tarde, el otro especialista era nada menos que el sevillano, Manuel Escribano y es muy digno de resaltar, que se apuntó una de los figurones del escalafón, el francés Sebastián Castella. Por ello la afición llenó los tendidos del coso madrileño, en un lunes laborable para más señas.

La corrida como era de esperar pasó sin problemas el reconocimiento veterinario, los toros con trapío, con mucha leña por delante, con los problemas de su encaste, sólo destacó el segundo el que menos pesó en la báscula 496 kilos, pero que fue repetidor, noble, serio, rematado y encastado, el resto de sus hermanos, sacaron como era de esperar problemas y dificultades y hasta peligro y no del sordo, sino del real, querían comerse a sus lidiadores crudos y sin patatas, el peso medio en la romana fue de 533 kilos.

El murciano sometiendo al quinto

El primero del festejo fue un cinqueño veleto de pitones, no fácil, sin entregarse y sin humillar que le tocó a Rafaelillo, que de entrada lo recogió con clase con el capote, con la pañosa estuvo muy digno, citó siempre a media distancia llevándolo siempre tapadito y actuando como un experimentado profesional por ambos pitones. Lo despachó de dos pinchazos y a la tercera fue la vencida doblando el cinqueño. El cuarto con una encornadura cornipaso de los que te pueden infundir miedo y poco claro en sus embestidas, el de Murcia estuvo muy bien con el percal en el saludo, el burel se llevó hasta tres puyazos, de momento es el único toro que ha aguantado tres. Muy decidido se fue a los medios para brindarlo al respetable. Tras los primeros pases  y en las afueras iniciando faena con la diestra mano, pero el animal se volvía en un palmo de terreno, los mismo hizo por el pitón contrario, el morlaco apuntaba sus pitones a los muslos del torero, pero el murcianico tiró de bragueta pudiendo con el bravo animal, realizando una labor importantísima, tras cada tanda y por su disposición y valor fue ovacionado en diversas ocasiones, siendo atronadora cuando se desplantó en la mismísima cara del morlaco. Si no llega a pinchar en el primer envite, la oreja estaba más que cantada, no digamos cuando se volcó con la tizona en el segundo embroque matando al cornipaso cuatreño de una casi entera del que salió el morlaco sin puntilla. Fue una faena de torero, torero, pañuelos al viento y la autoridad insensible le escamoteó el trofeo ganado en buena lid y todo quedó en una apoteósica vuelta anillo.

Castella y el de pecho

El primer toro de Sebastián Castella fue ovacionado en el arrastre, fue el mejor de los seis, metió los riñones en los envites ante el jaco. Ya con la franela y tras sacárselo fuera, templó llevando al toro embebido y embarcado en la muleta por el pitón derecho, larga y buena serie fue por naturales, pero le faltó un poco de transmisión para llegar a las gradas, como no pudo seguir su ya conocido guión, se pasó de faena, antes de tomar la espada verdadera, ya escuchó un recadito desde el palco. Tras pinchar, logró un estoconazo en el hoyo saliendo el toro rodado sin puntilla. Aplausos para el gabacho. Cierta calidad tuvo el quinto pero adoleció de pocas fuerzas. En ese toro estuvo mucho más que aseado, su labor con la zurda fue de menos a más, siendo jaleado y aplaudido. Con la espada y para envíarlo a los matarifes lo hizo de una estocada entera hasta los gavilanes, eso sí algo desprendida con lo que entregó al burel al tiro de mulillas. Hubo una ligera petición y saludó desde los adentros.

A la tercera dejó los palos arriba

Otro de los cinqueños le tocó al sevillano Manuel Escribano, pero este tenía peligro y no del sordo, al igual que hizo en el sexto, el segundo tercio lo cubrió el propio espada, saliendo muy aplaudido del segundo tercio. Muchas teclas habían que pulsar ya que el morlaco embestía a oleadas pegando arreones, se esforzó mucho el andaluz, pero no le fue posible sacar hacia adelante su quehacer, no le faltaron las palmas por sus esfuerzos y decisión. Despenó a su enemigo de una estocada entera pero caída. A la puerta de los sustos se fue a saludar a su segundo y último de su comparecencia en Madrid, el lance a portagayola fue limpio y seguido de inmediato por cuatro verónicas de buen corte. Fue ovacionado en el segundo tercio. En el tercio final, dos cambiados por la espalda y una buena tanda por el pitón derecho, pero quiso hacerlo por el izquierdo pero el animal siempre terminaba con los pitones mirando hacia las nubes punteando la franela y siempre buscando al torero, mucho expuso el sevillano. Despenó a su enemigo de media estocada en buen sitio rematando con certero descabello.

De las cuadrillas: Se desmonteraron: José Mora y Pascual Mellinas de las filas de Rafaelillo. Aplaudido el picador Agustín Collado a las órdenes del torero murciano. Se reconoció la labor en la lidia a José Chacón de la cuadrilla del francés.

Nadie bostezó ni se durmió y menos aún se aburrió y así espero que lleguemos hasta el final.    

Fotos: Muriel Feiner