|
Así nos ha recibido esta ciudad. Hoy, y los días siguientes, esta 'En Voz Alta' será desde Madrid.
La capital española estaba, y está este día, inundada de fútbol. En las calles, desde temprano sabíamos quiénes eran futboleros, y quien era de cual. La ciudad vestía de futbol. Playeras -o jerseys-, bufandas, pants –chandals-, gorras… Camino a la plaza, en el metro, en las calles, muchos jóvenes se iban reuniendo para llegar al sitio donde pasarían el resto del día, celebrarían, o se tragarían la derrota. El día acabará ya muy entrada de la noche; o quizá hasta mañana.
Pero claro, este espacio no es para contar sobre el fútbol, sino sobre los toros. Así que mientras a Madrid le quedaba saber cuál era su equipo campeón de Europa, en Las Ventas, un madrileño en medio de dos portugueses, conquistaba su séptima puerta grande, aquí, en casa.
Día de balones y de rejones. Como prácticamente todos los sábados de San Isidro, en Madrid era día de caballos. El arribo de los camiones, bañarlos, peinarlos, acicalarlos, ponerlos guapos pues, para estar listos hacia las 7 de la tarde.
Otro madrileño, aunque se le considere conquense, entre fútbol y caballos Un día un tanto singular en medio de la feria taurina más importante del mundo. Un paréntesis para llegar a la recta final del ciclo. Quizá sea la de hoy, la entrada más baja; pero de pronto, el día que el palco se ha puesto más exigente, por lo menos en el tema de la premiación. El de la tierra, por la vía del 1+1 sumó, como decíamos, su séptima salida en hombros. No es poco, aún cuando es casi un hecho que en los festejos de rejones se abre la puerta grande casi en automático.
Quizá el paréntesis comience mañana. Se ha terminado la liga, se ha terminado la champions, en cuanto al fubtol. En la feria, las figuras ya solo vuelven el miércoles, en medio de esos hierros que están fuera de su horizonte. Clara y directamente lo apuntó nuestro director ayer. Lo que quizá yo no se bien a bien, es para quién es la tregua, si para ellos o para nosotros.
|
|