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Silencio, pitos, silencio, silencio, silencio y pitos… Con este balance podríamos dar por finalizada la crónica de lo que ha ocurrido esta tarde, pero el deber obliga y debemos continuar. Los toros de El Pilar -junto al sobrero de Salvador Domecq- han decepcionado a toda una plaza llena, no sólo por su comportamiento que ha sido manso y descastado en general, también por su presentación, pese a su corpulencia muchos de ellos se mostraban anovillados, de poco remate en general… Sospechor abrió la tarde, su falta de remate lo suplía con el descaro de pitones. Se dolió y protestó en la primera entrada al caballo, en la segunda lo ignoró, no hizo caso de la cabalgadura. A la tercera fue la vencida -dice el dicho popular- y tomó un puyazo medio. Antes había arrollado a Fandi en una situación muy comprometida. Crudo llegó a banderillas y se movió con soltura... levantado. Así siguió en la muleta, sin fijeza y tirando derrotes. Fue muy deslucido a la vez que acusaba el defecto de visión o fijeza por el que pudo coger a Fandi en el inicio. La suerte de varas sirve para ahormar a los toros… éste no se picó. La sardina y sus pitones El segundo de la tarde era una sardina impresentable, con dos respetables pitones -hay ganaderos que sostienen que los toros que pasan hambre, están descarnados y desarrollan la cornamenta… Podría ser el caso-, respondía a Holandero. Alto como el anterior, y como es el sello de este hierro que se distingue por criar toros de gran alzada. Holandero tomó un puyazo largo sin clase. La pelea fue aceptable en dos entradas. Claro fue el toro en banderillas. Apuntó en el inicio de la faena de muleta pero no disparó, se vino abajo en picado; se quedó sin viaje y utilizó las pocas fuerzas que le quedaban para echarle mano a David Mora.
Deslumbrero lucía bonitas hechuras, pero le faltaba seriedad, era anovillado con mirada de nene. Embistió con casta por abajo en el capote y así lo hizo en el caballo en una primera entrada que empujó metiendo los riñones. En el segundo se cumplió el reglamento. Marcó la querencia a tablas en banderillas y allí se fue a morir después. Repetidor en el inicio, mostró querer y falta de poder. Una tanda completa por la derecha fue todo lo positivo de su faena. Embistió con altibajos en su particular lucha con su escasez de fuerzas. Fue fácil. Terminó embistiendo con sosería. Dentro de su limitación fue incansable, aguantó hasta el primer aviso embistiendo. Sólo aquella tanda diestra quedó en el recuerdo. Más Basto y serio que sus hermanos era Portador. Con buena cara, también grandote. De manera irregular embistió. Tomó una buena vara de primeras, para después dejarse pegar sin poder. Acudió presto a los cites en banderillas y se dejó parear. Noble y repetidor, también llegó muy limitado al último tercio trastabillándose. Tuvo una nobleza empachosa que aburría. Estuvo mucho tiempo al servicio de El Fandi. Armónico y bonito de hechuras como positivo, y justo de trapío en negativo, fue el quinto. Buscó terrenos de nadie de salida. Muy abanto. Se arrancó de largo y tomó un puyazo del que salió renqueante. Un picotazo provocador calentó a los aficionados. Lesionado cubrió el tercio de banderillas entre protestas. Renqueante, quiso y no pudo en la muleta. Hay que darle la razón a quienes protestaron a Sombreto que era su nombre. El sexto colorado… colorao suena más campero, como todos sus hermanos, fue devuelto y en su lugar se lidió un toro de Salvador Domecq con rango, respondía a Lugarteniente. Vareado y estrecho de sienes. Cinqueño. Renqueó de manos de salida, y, lógicamente, más durante la lidia. Fue tardo en banderillas y apretó para tablas, marcó la querencia que le acompañaría hasta el final. Se apencó después del segundo par. A regañadientes se fue tragando algunos muletazos para enseguida buscar su querencia. Manso sin viaje, rajado desde el primer momento. Sin posibilidades. Aburrió... Aburrieron, ya que López Simón echó un cable. … Al lleno se le ha respondido con toros chicos y de poco poder, no necesitamos ayuda alguna para acabar con la fiesta de los toros, nos valemos sobradamente. Foto: Las-ventas
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