Con más de tres cuartos de entrada se han lidiado cinco toros de Garcigrande y uno (5º) de Domingo Hernández, muy justos de presencia. De juego por regla general bastante descastados y desrazados, con muy poco dentro..

Enrique Ponce, dos orejas y dos orejas

El Juli, oreja y oreja

Álvaro Lorenzo, oreja y oreja.

Ponce ha sumado cuatro orejas de las ocho cortadas en la tarde

Día muy bonito el que se vive el Jueves del Corpus Christi, en la capital toledana, todos los años. A ella acuden multitud de personas, llegadas de todos los puntos del planeta. Me da pena, ya que hasta no hace poco la feria taurina de Toledo, se combinó de cuatro o cinco corridas de toros y el público respondía llenando los tendidos. Era completamente imposible, conseguir entrada a los toros, este día tan señalado, hoy nos tuvimos que conformar con tres cuartos de plaza largos.

Pero gran parte de culpa de esto, la tienen los propios profesionales de este mundo. Cuando se lidia un toro sin ningún tipo de emoción, siempre aparecen acartelados los mismos espadas y el precio de las entradas, no es accesible a los bolsillos del pueblo llano, la gente no acude.

Hoy han salido por los chiqueros, seis animales completamente impresentables, muchos de ellos dudo que hubieran pasado como novillos en Madrid. El público completamente anestesiado, no protestó ni exigió absolutamente nada. El tercio de varas, pasó prácticamente desapercibido, como mucho un picotazo. Y en el último tercio, salieron algunos con movilidad, pero no hubo ningún síntoma de casta ni raza, que es por lo que le caracteriza el toro bravo.

Abría cartel el valenciano Enrique Ponce, que ante su primero, un toro que dio síntomas de poca fuerza en los primeros tercios, dejó algún leve detalle con la mano derecha, con algún lance templado, pero fueron siempre muy al hilo del pitón y dándole bastante salida para afuera al final del lance. Por el pitón izquierdo, no se terminó de sentir a gusto y solo le propinó una serie, ya que la res tiraba la cara un poco alta al final del lance. Terminó con varios gestos de cara a la galería, junto con alguna poncina característica en él. Se le premió con dos orejas de manera excesiva.

Con su segundo, nos dejó algún lance aislado con el capote, con una rodilla en tierra y un buen quite a la verónica. En la muleta estuvo un poco mas digno, fue haciendo en las primeras series, todo a favor del animal que tenía delante. Alargó la faena y terminó lances de cierta calidad, pero eran todos de uno en uno, faltando más ligazón y continuidad, ante un animal que tenía bondad pero le faltó casta y raza. Al igual que en su primero terminó con sus características poncinas y dándole tres derechazos poniéndose de frente a pies juntos. Fue una faena larga, llegando a escuchar un aviso presidencial, antes de dejarle una estocada entera bastante contraria de colocación. Se le premio con los dos apéndices, la segunda de ellas un poco excesiva.

El segundo diestro de la tarde fue el madrileño Julián López “El Juli”. Ante su primero, un animal que no tenía mucho dentro, viniéndose muy pronto a menos y terminando en los terrenos de chiqueros. Julián lo estuvo intentando, pero sin terminar de exponer ni dar la cara. Animoso, pero colocado fuera de sitio, sin cruzarse en ningún momento en la cara de su oponente.

Con el quinto comenzó muy animoso con el capote, realizándole dos quites, el primero con tres verónicas y en el segundo dándole cuatro vistosas lopecinas que llegaron mucho a los tendidos. Ya con la muleta en mano, ante un animal que tuvo un poco mas de movilidad que sus hermanos, aunque fue de menos a más. Julián estuvo bastante animoso, intentando conseguir el triunfo fácil. Para mí no acertó en fundamentar su labor en circulares invertidos, pases por alto y molinetes, que llegaban mucho a los tendidos, pero tenían muy poco contenido. Intentó exprimir por completo al toro, dándose un arrimón, cuando la res llegó a la suerte suprema incluso difícilmente se mantenía en pie.

Cerraba cartel el toledano Álvaro Lorenzo, que se presentaba en el coso de su localidad. A su primero le propinó unos bellos lances a la verónica, ganando terreno a los medios, lo que remató con una buena media verónica. También se lució en otras verónicas, en el quite que realizó. Ya con la muleta en mano, en las primeras series con la mano derecha, dio lances con cierta templanza, pero faltó mucha más profundidad y hondura, ya que fueron a media altura sin bajarle la mano. Cuando cogió la mano izquierda, la faena bajó un poco en intensidad y terminó dándose un arrimón. Acabó con una estocada entera contraria de colocación, precedido de un pinchazo en el que la res le volteó.

Con el que cerraba plaza, volvió a ser volteado en el quite por chicuelinas, que le propinó. En el último tercio, la res llegó con muy poco dentro. A pesar de ello Álvaro estuvo intentando cortar la oreja, abusando del toreo accesorio y de los arrimones, cuando la res estaba muy parada y aplomada. Sus paisanos le regalaron el apéndice, que le abría la puerta grande.

En definitiva, una lluvia de orejas, pero que tiene menos mérito del que puede parecer. Ya que no se han lidiado toros y la exigencia por parte del público fue nula.