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Ficha del Festejo
Por segunda vez en lo que va de feria, un caballero rejoneador consigue la Puerta de la Gloria. En el décimo quinto festejo del ferial; eso sí con otra atmósfera y con otro público, no el habitual, que por cierto casi llenó las aposentadurías del coso madrileño. Habíamos llegado al ecuador del largo serial y en esa mitad estaba programada una corrida de rejones. Con ganado de los tres hierros de la familia Gutiérrez-Lorenzo, que por cierto salió muy buena para este tipo de espectáculo, siendo los mejores, los del lote de Leonardo Hernández, que bien supo aprovecharlos, quizá los menos buenos fueron a las manos de Diego Ventura que hoy se fue de vacío y apenado por no haber podido cortar por lo menos un trofeo, completaba el cartel Sergio Galán que saludó desde el tercio a las dos ovaciones que le tributaron los aficionados al arte del rejoneo.
Toda esa cantidad de gente disfrutó no solo con la actuación de los Caballeros, sino con esos caballos toreros que exhibieron los tres caballeros en plaza, en especial con esa jaca de Diego Ventura bautizado con el nombre de “Sueño”, que es un sueño verlo torear, llevando al toro con su cola como si fuera un capote o una muleta.
Leonardo ha estado muy torero. Foto: las-ventas Hoy la tarde era para Hernández, que tuvo una actuación seria y muy torera ante sus dos ejemplares, estando cumbre y poniendo en pie a los aficionados en múltiples ocasiones, todo le salió bordado incluso esos rejonazos con que acabó con sus dos enemigos, en este caso más que amigos. El público pidió sin reticencias los dos trofeos en cada uno de su lote y la autoridad la que también disfrutó, concedió las cuatro orejas ganadas a ley por el caballero.
Sergio Galán tuvo que conformarse con saludar desde el tercio y eso que su labor fue muy buena, tanto con las banderillas y también las cortas, pero no tuvo suerte a la hora de matar y eso le privó como mínimo de cortar un apéndice.
El que tuvo la suerte de espaldas en esta ocasión fue el figurón de Diego Ventura, que tras una labor más que digna en su primero, no cayó bien el rejón de muerte y tuvo que hacer uso del descabello hasta en dos ocasiones. Si pudo haber trofeo en su segundo, en que estuvo no muy bien sino estupendamente, clavando las cortas en una perra chica de las antiguas y con ese caballo de nombre “Sueño”, también soñamos nosotros con su triunfo, pero los rejones de muerte le jugaron una mala pasada, el primero rebotó saltando por los aires, el segundo lo enterró en buen sitio, quizás algo atravesado, por ello tuvo que echar pie a tierra ya que el toro tardaba en caer tomando el descabello, siendo muy certero con él, eso le valió saludar desde el tercio.
Desde luego es un espectáculo precioso, primero por ver esas cabalgaduras tan toreras y las actuaciones de quienes los montan.
Hasta aquí estos breves apuntes del festejo del día de hoy.
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