Por esto habría que cobrar… me refiero por aguantar una corrida de estas características, una tarde insoportable que rozó la tomadura de pelo. El primer toro de la tarde, el de la confirmación de José Garrido, estaba en el tipo del encaste y lucía buena presencia, además de ensillado o silleto y degollado de papada. Inició con un frío saludo, sin interés. Manseó en el caballo, tiró cornadas y se repuchó. Lo mismo hizo en la segunda entrada. Paradillo llegó al segundo tercio, con poco fuste. Sacó un punto de fiereza en la muleta y repitió en varias tandas con vibración por el lado derecho. Pronto volvió a las andadas y se puso espeso y se acabó. Le faltó casta. Dinastía fue el primer toro de Julián López “El Juli”. De buenas hechuras, bonito, rematao y bien armao, algo capacho. Hizo sonar el estribo y se repuchó en varas, baja nota alcanzó en este tercio. Esperó y fue complicado en banderillas. Con más genio que casta colaboró por el lado derecho en la muleta, más remiso fue por el izquierdo. Pronto le vimos casi parado, por eso aquello de: más genio que casta... el genio se acaba y la casta perdura hasta el final. Milagroso -eso es lo que necesitábamos- fue el tercero. Estrecho de sienes y guapo de lámina, con la cara larga, avacada. Se frenó y le costó pasar en el capote. Le pesó la contraquerencia, mucho le costó a Castella llevarle ante el caballo, no quiso guerra en ese tercio. Esperó mucho en banderillas además de tardear. Pasó de tardear y pegar arreones a entregarse en la muleta de Castella; entrega que duró muy poco, pronto el de Alcurrucén volvió a lo mamado y terminó rajao. Otro manso de irregular comportamiento. Pesaba la corrida… Y saltó el cuarto de la tarde que había sido bautizado como Toledano. Era feo de hechuras, grande y lomirecto. Engatillado de pitones. Echó las manos por delante en el saludo y salió suelto de varas después de protestar en la suerte. Soso fue en banderillas y en el inicio de la faena de muleta. Terminó de esa guisa, insípido, con embestidas cansinas sin aportar ni un ápice de emoción. ¡No hay quinto malo! Sería antes, en esta feria llevamos unos pocos… Éste mismo. De nombre Antequerano, feote y bizco del izquierdo, abierto de cara. Simple de salida. Empujó con el izquierdo en sendas entradas al caballo. Soseó en banderillas pero se dejó. Algo descompuesto inició el trasteo de muleta y se fue atemperando en las siguientes tandas diestras, para terminar deslucido con la cara suelta como de principio. Con esas hechuras es dificil embestir: Cornetillo Quedaba poco para huir de la plaza…
Cuando saltó Cornetillo que cerró el espectáculo. Otro feo y cuesta arriba, zancudo. Que pegó arreones como tarjeta de presentación. Manseó y salió suelto de varas. Más feo a medida que avanzaba la faena. Tuvo poca entrega desde el inicio para terminar quedo, deslucido y sin transmisión por su falta de bravura. Se alargó José Garrido de manera ilógica. Terminamos exhaustos.
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