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Ficha del Festejo
Con un llenazo hasta la bandera tuvo lugar el décimo segundo festejo del ciclo madrileño y no faltaba más. “Toros” de Fuente Ymbro, repetía Alejandro Talavante, la presentación en San Isidro de Diego Urdiales y Miguel Ángel Perera, por pura lógica se esperaba el llenazo; con esos toros y ese cartelazo, todos esperábamos un corridón, pero de eso nada, la frustración fue general, tanto para los aficionados como para los espadas. Solo Talavante se inventó un toro y una faena vibrante cortando el único apéndice de la tarde, con material así no es posible triunfar ni en Madrid ni en la Conchinchina. Supongo que esas casi 25 mil personas salieron echando pestes del ganadero.
Urdiales endilgó al buen natural al sobrero de Buenavista Ya las cosas no salieron bien desde el comienzo con la devolución del primer ejemplar a los corrales por su falta de fuerzas e invalidez que nada más llegar ante el del castoreño se derrumbó y Diego Urdiales tuvo que apechar con el sobrero del hierro de Buenavista, que al menos escuchó palmas camino del destazadero. El de Arnedo brindó al cielo por la muerte desgraciada del novillero peruano; iniciando labor con pases por arriba haciendo de enfermero, luego con pases suaves por el pitón derecho, tomó la zocata y ejecutó tres naturales muy buenos, las palmas surgieron en los tendidos por la naturalidad y valga la redundancia con que lo hizo, logró ligar por el pitón contrario, eso nuevamente llegó a los tendidos, pero una vez más alargó su quehacer. Tomó la tizona, se enfrontilo y dejó una estocada entera y contraria, utilizando el de cruceta acertadamente. Saludando desde el tercio. Al cuarto comenzó con unos doblones poderosos, pero dadas las condiciones del cuatreño no era nada fácil sacarle partido alguno, pero el de la Rioja lo intentó buscando afanosamente el lucimiento, tomando la decisión más acertada que era despacharlo, decidido se volcó sobre el morrillo y dejó una estocada entera en buen sitio, muriendo el animal, otro silencio para el de Arnedo.
Perera doblándose con su primero En su turno Miguel Ángel Perera, lidió un toro titular que desde el inicio marco sus querencias, eso sí por su empeño logró al menos fijarlo y con la diestra corrió la mano, bajando la mano mandando sobre el burel, lo intentó con la zocata y al iniciar un natural el cuatreño le birló la muleta; se fue a los terrenos centrales y no lo he entendido ya que el viento soplaba con fuerza; con la huida de toro, se vio forzado a matarlo en terrenos de los chiqueros; en el primer embroque un pinchazo sin soltar, terminó con el burel con una estocada entera pero caída. Silencio para el torero. Encastadillo era su segundo, pero siempre punteó, tanto con el capote como con la franela. Brindó al respetable en los medios y en ese mismo terreno un cambiado por la espalda sumando dos buenos redondos con la diestra, al intentar con la otra mano el bicho protestó no queriendo saber nada por ese lado; desilusionado a por la espada, tras perfilarse un feo mete saca, rectificando al segundo intento y dejando una estocada entera ligeramente trasera, pero que si la acusó el bóvido. Otro silencio para el extremeño.
Uno de los naturales de Talavante al sexto Hasta ahora las cosas no pintaban bien ya que el toro tercero salió descoordinado y quizá por ello en ningún momento humilló. Inició faena frente al tendido 6 por estatuarios, saliéndose con par de templados derechazos, al relantí fueron los naturales, pero en la segunda tanda es aparatosamente cogido, menos mal sin mayores consecuencias; consiguió que los aficionados aplaudieran. Muy despacio entró con el arma toricida dejando una estocada en lo alto del que salió muerto su oponente, que como su hermano buscó tablas. Hay petición de trofeo, pero todo quedó en simple saludo. Con el que cerró festejo, un toro manso, distraído y andarín, el de Extremadura, volvió por sus fueros como en el día anterior y armó la marimorena con un toro manso y hasta rajado que buscó tablas, supo aprovechar las embestidas a oleadas, me recordó una faena en los mismos terrenos en que el Niño de la Capea le cortó dos orejas al mansurrón en esta misma plaza. La actuación de Talavante tuvo mucha importancia a tal punto que puso al respetable en pie. En la puerta de toriles entró a por uvas al encuentro un estoconazo, saliendo el carrasposo animal sin puntilla. Los tendidos se cubrieron de blancos pañuelos pidiendo el trofeo y con la oreja en la mano dio la vuelta al anillo una vez más en los madriles.
Talavante y la oreja cortada en el último minuto De las cuadrillas: Se desmonteraron Curro Javier de la cuadrilla de Perera y Juan José Trujillo de la de Talavante. El Picador Francisco Doblado a las órdenes de Pereda.
Y mañana otro lleno seguro.
Fotos: Muriel Feiner
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