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Hoy me ha tocado hacer doblete, hoy por mí, mañana por ti. Espero poder cumplir con el encargo de la mejor forma posible, eso sí consciente de que es muy difícil tratar de emular a nuestro compañero José Luis Bautista, pero lo intentaré y trataré de hacerlo lo mejor posible.
El primer cuatreño de la tarde fue devuelto a los corrales por su manifiesta invalidez, siendo sustituido por el sobrero del hierro Buenavista de nombre Desastre, engatillado de cuerna y con 537 kilos, no se empleó en la suerte de varas, punteó tanto con el capote como con la muleta con poquita fuerza y sin ritmo.
El segundo llamado Pelicano, de la ganadería titular, marcado con el número 196, nacido en enero del 2012, un toro serio, abanto que apenas se empleó ante el jaco, pronto marcó querencias yendo siempre a su bola, no tuvo fijeza, algo humilló por el pitón derecho, pero no dio facilidad alguna.
El tercero tenía el nombre de Fulminado, castaño de pelo, marcado con el número 146, nacido en enero de 2012, descarado de pitones y con 510 kilos, que embistió de forma descoordinada, aparentemente bravo pero siempre embistió con la cara alta y con falta de recorrido.
El toro cuarto llevaba por nombrecito Víbora, negro de capa, alto de agujas con cuerna acucharada y serio por delante, marcado con el número 178, nacido en febrero del 2011, con 548 kilos, que trató de quitarse el palo en la suerte de varas y desde luego sin ritmo.
El quinto se llamó Embriagado hizo honor a su nombre, primero derribando al picador y su cabalgadura, acudió pronto en banderillas y punteó en la faena de muleta embistiendo descompuesto. Nació en enero del 2012, se le marcó con el número 105 y pesó 548 kilos.
'Hurón' hizo correr a los toreros, hasta que en toriles le encontró Talavante El cuatreño que cerró festejo llevo por nombre Hurón, marcado con el número 162, otro nacido en la misma fecha que el anterior y con 568 kilos sobre sus lomos, un toro veleto de cuernas, huyendo de los trebejos y entablerándose sin más.
Como habrán podido observar, la corrida no fue lo que todos esperábamos de los pupilos de Ricardo Gallardo; cundiendo así el desánimo de los aficionados que hoy abarrotaron los tendidos de la plaza. |
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